No sé si es una sorpresa, un déjà vu o un mal sueño, pero lo del PP parece no tener arreglo. Lo de la corrupción en la capital de Reino es una historia en la que cuesta ver su final. Ya son muchos ejercicios los que llevamos sufriendo los españoles este chirimiri particular, esa lluvia fina de la corrupción en el principal partido de poder de España del último lustro.

Al principio esa lluvia fina pero persistente de la corrupción no logra apenas mojar, pero ahora ya no solo chipia sino que ahoga.

Cuando empezó todo esto, destacados miembros del PP en Aragón comentaban off the record que ellos eran los más perjudicados, que la sociedad no tenía ni idea de todo lo que estaban luchando desde dentro de las estructuras del partido por eliminar esta lacra. Por otro lado afirmaban que iban a limpiar de forma definitiva el partido de elementos tan corruptos como los que hemos ido conociendo.

Destacados miembros del PP en Aragón comentaban off the record que ellos eran los más perjudicados

Aparte de la podredumbre del Partido Popular en las comunidades de Madrid y Valencia donde han estado gobernando hasta hace dos telediarios con mayorías absolutas que parecía les permitiesen actuar con una impunidad digna de repúblicas bananeras, siguen saltando más y más casos en otros lugares. Los de mayor significación política han tenido lugar en esta misma legislatura.

Cuando el PP juró y perjuró que esto ya era historia y que había aprendido la lección aparecen los casos del alcalde de Granada y del presidente de la comunidad de Murcia, ambos del PP, claro.

No voy a entrar en el rollo de la presunción de inocencia. Me causa cansancio y dolor de cabeza. Lo explicaré una vez más. La presunción de inocencia la guardaremos para la tutela judicial de todos los derechos de los ciudadanos deban ser eficazmente protegidos.

Ya va siendo hora que aprendamos algo de otros sistemas democráticos más avanzados que el nuestro como los anglosajones donde los cargos públicos deben demostrar prácticamente cada día su honestidad. Y así debería ser también en nuestro país.

Igual a algunos no les gusta, pero no es de recibo que tengamos políticos electos en las propias Cortes de Aragón que han admitido tener empleados que cobran en negro, u otros que han sido elegidos de forma presuntamente fraudulenta en sus propias elecciones primarias.

No es de recibo que tengamos políticos electos en las propias Cortes de Aragón que han admitido tener empleados que cobran en negro

Pongo ejemplos de los “nuevos” partidos porque sencillamente el problema que tiene el panorama político español no se resuelve con nuevos partidos, ni con renovaciones “en diferido”. El problema es un sistema político que se sustenta en una partitocracia que se eleva como una gran estafa piramidal.

Sólo encuentro dos líneas de trabajo –seguro que hay más- que pueden aliviar algo este asfixiante panorama:

Primero, que los políticos dejen de decidir tanto y que se devuelva el poder a su único legítimo señor que no es otro que el ciudadano

Y la segunda, que los ciudadanos elijamos directamente a nuestros representantes y no las cúpulas de los partidos o a través de primarias que en España tienen más trampas que una peli de indios.

Concluiré estas líneas con el siguiente aforismo del célebre político liberal británico, Lord Acton: «El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente»