Leo en HOY ARAGÓN que unos paisanos que se autoproclaman defensores de la sanidad pública rechazan su donación para adquirir alta tecnología sanitaria para renovar equipos contra el cáncer en Aragón. “Nuestra comunidad no tiene que recurrir, aceptar, ni agradecer la generosidad, altruismo o caridad de ninguna persona o entidad” han dicho muy ufanos. Y es que no quieren que nadie más se meta en su cortijo; de la sanidad que se ocupe el Estado, solo el Estado.

Yo sí que le doy las gracias, don Amancio. Me enseñaron que de bien nacidos es ser agradecido y le pido perdón por mis ingratos paisanos, seguidores a pies juntillas de la doctrina fascista del «Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada en contra del Estado» que sentenció Mussolini.

Yo sí que le doy las gracias porque sé que lo público no es patrimonio de liberados sindicales ni de las administraciones, sino que es patrimonio de toda la sociedad; también del tercer sector y de empresarios que como usted que crean puestos de trabajo y favorecen el bienestar social.

«Yo sí que le doy las gracias, don Amancio. Me enseñaron que de bien nacidos es ser agradecido y le pido perdón por mis ingratos paisanos»

Y por ello le doy las gracias, don Amancio, por destinar parte de su fortuna a una Fundación, por invertir en programas de educación y de asistencia social y por los 300 millones destinados a comprar aparatos contra el cáncer en España, por hacer más por la sanidad pública que lo que mis desagradecidos vecinos puedan hacer en toda su vida.


Publicidad


No les haga caso, don Amancio, seguramente tienen buena intención pero creen, como dijo aquella Ministra de zapatero “que el dinero público no es de nadie” y que el Estado puede gastar todo lo que quiera. No se ría, eso creen.

Y están convencidos de que en España hay recortes en sanidad. Yo aquí les dejo los datos para que vean que, salvo en los años de vino y rosas de Zapatero, el gasto en sanidad desde 2011 ha seguido siendo mayor que en los 33 años anteriores a 2008.

Prefieren que usted lo dé vía impuestos, no voluntariamente; para no tener que darle las gracias, pero yo también le doy las gracias por los impuestos que paga gracias a la riqueza que crea.

Cuando en 1975 abrió su primera tienda en la Coruña podría haberse quedado detrás del mostrador tranquilamente, y hoy, con su pensión, estaría bailando en Benidorm con cargo a Imserso. ¿Para qué correr riesgos?; pero prefirió liarse y hoy da empleo a 160.000 personas.

«Prefieren que usted lo dé vía impuestos, no voluntariamente; para no tener que darle las gracias»

También le doy las gracias por ello, frente a los que personifican en usted su crítica a la desigualdad del sistema capitalista; y le animo a seguir ganando dinero y con ello a hacer que esos 160.000 también lo ganen. No se ofenda por aquellos que no saben que la economía no es un juego de suma cero y que cerrando su negocio y repartiendo su fortuna no reduciríamos la desigualdad pero sí incrementaríamos la pobreza, al menos la de esos 160.000 empleados.

En fin, don Amancio, no les haga caso, hablan en nombre de la Comunidad pero no nos representan, en Aragón no somos así. Tenemos una de las mejores sanidades del mundo gracias sus profesionales, a investigadores y a personas como usted, y también a pesar de asociaciones como ésta.

Por ello, gracias don Amancio.