Todavía te recuerdo aquel agosto de 2008, sentado a tu lado estaba yo, en el Ayuntamiento de Sangüesa (Navarra). Se presentaban los carteles de su feria taurina, yo debutaba esa feria con picadores, tú luchabas por abrirte hueco en el escalafón superior aprovechando las pocas oportunidades que te daban. Y vaya que si lo abriste maestro.

Abriste camino en medio de una selva de pocas oportunidades, desde el más terrible ostracismo profesional, junto a Nestor, tu apoderado, tu único apoderado a quien siempre has sido fiel y quien siempre te ha sido fiel, dos en uno, uno en dos.

La lucha, el honor, y el valor siempre te han definido, y así lo transmitiste a la sociedad, y a muchos compañeros que nos nutrimos de esos valores con los que tú has dado ejemplo. Un paso atrás y muere el arte, un paso adelante y muere el hombre. Por supuesto tu máxima siempre fue la segunda. Esa máxima que te llevo a lo más alto del toreo.

«Un paso atrás y muere el arte, un paso adelante y muere el hombre»

Siempre hacia adelante, siempre superando la adversidad, hombre de pocas palabras pero de muchos hechos. Valores que a buen seguro harían esta sociedad cruel, mucho más humana.

No tuve la oportunidad de conocerte de cerca, si de admirarte como torero en quien ver un reflejo. Compartimos algunos amigos en común, entre ellos; Jesús Arruga, quien no lo está pasando nada bien, y quien siempre me ha puesto tu persona como ejemplo.

Todavía sin recuperarnos del amargo trance de Victor, nos dejas Ivan para recordarnos que aquí, en esta profesión, se muere de verdad. Y es que todos morimos, pero no todos realmente vivimos. Tu, MAESTRO, has vivido, en el sendero de la mayor verdad profesional, y seguro que también en la vida.

«Todavía sin recuperarnos del amargo trance de Victor, nos dejas Ivan para recordarnos que aquí, en esta profesión, se muere de verdad»

Has abierto la puerta más grande que puede soñar cualquier torero, la del la gloria eterna, esa con la que todos soñamos pero que solo los grande habéis conseguido. Detrás de esa puerta te esperan Joselito, Manolete, Paquirri, Yiyo o Victor, otros grandes que han engrandecido la profesión más bonita del mundo, está en la que en una tarde se puede vivir lo que todo en una vida: gloria, tragedia, vida, muerte, éxito o fracaso.

Lo que has hecho en la vida, tendrá su eco en la eternidad. Nos deja el hombre pero nace la leyenda, la leyenda de Ivan Fandiño.