Uno de los problemas que acucian Aragón son el envejecimiento de la población y el abandono de los pueblos. Este abandono de los pueblos no solo provoca que los pueblos de Aragón «se mueran», sino que tiene efectos secundarios perversos para el patrimonio. Una menor población, implica una menor recaudación y con ello la dificultad de realizar obras de mantenimiento y/o reparación del extenso y rico patrimonio aragonés.

Sin embargo, en este mes de agosto, está previsto que comiencen las obras de restauración de la cubierta de la iglesia de Santa Catalina de Ródenas (Teruel), que cuentan con un presupuesto de adjudicación de cerca de 125.000 euros y que acometerá la empresa Construcciones Rubio Morte S. L. La formalización del contrato de obras ya se ha publicado en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) y está previsto que los trabajos en esta iglesia, declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, terminen en noviembre.

El edificio presenta deficiencias como la existencia de filtraciones en la cubierta, las grietas en las bóvedas y el deterioro de la estructura de madera.  Las obras están cofinanciadas con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), dentro del Programa Operativo 2014-2020. El objetivo de los trabajos es resolver las afecciones estructurales de la cubierta e impedir las filtraciones de agua en el interior de la iglesia para garantizar la adecuada conservación del monumento y evitar una degradación del edificio y los bienes que aloja.

La Iglesia de Santa Catalina de Ródenas (Teruel) es un edificio de la segunda mitad del siglo XVI sin apenas añadidos posteriores. Está conformada por un volumen potente y unitario. Consta de una nave única de cuatro tramos con capillas laterales entre los contrafuertes y cabecera poligonal flanqueada por dos estancias. La nave se cubre con grandes bóvedas de crucería estrellada, mientras que las capillas presentan interesantes cubiertas variadas. La fábrica es de mampostería con sillares de refuerzo en los ángulos y los marcos de los vanos, tallados en piedra de rodeno de un color rojizo, que le confiere una gran riqueza cromática en contraposición a la austeridad volumétrica del monumento.

La portada, situada en la fachada del evangelio, es de estilo clasicista rematada por arco carpanel. En el ángulo noroccidental se alza la maciza torre de cuatro cuerpos y planta cuadrada en los tres primeros y octogonal en el último. En su interior aloja bienes muebles interesantes, como el Retablo Mayor dedicado a Santa Catalina (s.XVII), el Retablo de San Juan Bautista (s.XV), el Retablo de Santa Marina (s.XVII), el Retablo de la Virgen del Rosario (s.XVIII), el Retablo gótico de tres calles y remate con Calvario (s.XV), la Predela renacentista de cinco calles (s.XVI) o el Púlpito de hierro (s.XVI).