Como uno de esos días de intensa niebla en Zaragoza en los que, no sólo casi nada se ve claro, sino que la falta de cierzo nos envuelve en un cierto hedor; algo así me evocan las informaciones que HOY ARAGÓN y otros medios van desgranando sobre el ‘caso Ecociudad’.

Hace unos meses compartí con ustedes una reflexión sobre la judicialización de la política y la instrumentalización que los políticos suelen hacer de ella en función de que beneficie o perjudique sus intereses partidistas. La historia de la conveniencia se repite en el ‘caso Ecociudad‘, sobre el que personalmente he llegado a algunas certezas y a muchas preguntas.

La campaña electoral por las municipales de 2019 en Zaragoza está en marcha y el combate entre el actual campeón Santisteve y el aspirante Azcón va a ser sin cuartel. Contemplar este telón de fondo es imprescindible para pretender entender lo de Ecociudad.

El revisionismo de ZEC les llevó a una investigación por posibles irregularidades anteriores a su gestión -época de Belloch- que llegó hasta la Fiscalía. Esta iniciativa fue algo perfectamente respetable pero nada coherente con sus quejas habituales sobre judicialización. En cualquier caso, se archivó.

La campaña electoral por las municipales de 2019 en Zaragoza está en marcha y el combate entre el actual campeón Santisteve y el aspirante Azcón va a ser sin cuartel

Ahora viene una pelota de vuelta que tiene muy mal aspecto para los intereses del Sr. Alcalde y de dos de sus ediles, porque el informe del letrado de Ecociudad hace referencia a delitos muy graves que se les podrían llegar a imputar.

Las descalificaciones de Santisteve sobre el informe no se han hecho esperar. Eso sí, ha insistido con acierto en animar a que el asunto llegue a la Fiscalía para que pueda sustanciarse y clarificarse en ese plano más relevante.

Las preguntas que me rondan son variadas y se las resumo:

¿No les parece que el Sr. Alcalde, con una formación y experiencia jurídica tan relevante como tiene, parece más un hooligan jaleador de las decisiones que le gustan y censurador de las que le disgustan que un ejemplo de mesura respecto a lo judicial?

¿No están Vds. hartos de la judicialización de la política pero más aún de las continuas sombras que algunos arrojan sobre la politización de la Justicia?

¿No les parece el Sr.Alcalde más un hooligan jaleador de las decisiones que le gustan y censurador de las que le disgustan?

¿Acaso alguien, aunque seamos pocos, intenta comprender lo que pasa en Ecociudad sin decantarse automáticamente por «los suyos» y demonizar a «los otros»?

¿Conseguiremos algún día que los políticos lleguen a respetar plenamente a letrados, fiscales, jueces… y a entender que sólo se puede estar en política sin cuestionar la separación de poderes y el respeto al ejercicio libre de la función de cada uno?

En resumen: que se callen o que se querellen contra quien consideren que prevarica o comete irregularidades en el ejercicio de sus funciones públicas. Pero basta ya de la matraca parajudicial, que bastante tenemos ya con otras matracas con las que nos martillean desde esas tierras al este.

Y un humilde consejo a nuestros insufribles políticos: ojo con pasarse de frenada en el sectarismo y las ganas de aplicarlo, que los ciudadanos damos mayor y mejor credibilidad a la justicia que a la política; y está en racha la diosa de ojos vendados que blande espada y sostiene balanza, y que muchas veces termina por llevarse por delante hasta a los más avivados, escurridizos o imprevisibles delincuentes de toda condición.