La dirección y el comité de empresa de PSA-Opel en Figueruelas siguen negociando contrarreloj para lograr un acuerdo de convenio colectivo que, en caso de no alcanzarse, supondría la paralización de las actividades relacionadas con la fabricación del nuevo Corsa y un mazazo para la economía aragonesa.

El principal escollo en la negociación es la negativa, por parte de la multinacional PSA-Opel, a las demandas del comité de empresa respecto a futuras mejoras laborales en la factoría. Y las posiciones parecen enquistadas entre las dos partes.


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A las 10 de la mañana -de hoy- ha comenzado la reunión entre ambas partes para seguir negociando un acuerdo antes de que mañana, 29 de enero, expire el plazo marcado por la empresa para cerrar el convenio colectivo, el primero desde que la planta fue adquirida por el grupo PSA.

CONCENTRACIÓN POR UN CONVENIO «JUSTO»

A las puertas de la factoría se han concentrado hoy algunos de los trabajadores, convocados por las redes sociales, para demostrar que están «unidos» por un convenio «justo».

Allí han recordado que son «una plantilla que siempre ha cumplido», han exigido a la empresa una «reacción positiva» y han expresado su deseo de poder trabajar «con su salario digno, en condiciones y no precariamente».

Ya ayer los afiliados dejaron claro en las asambleas convocadas por los sindicatos que los «acercamientos» alcanzados el viernes en un encuentro de más de doce horas eran «insuficientes».

LA PROPUESTA DE PSA-OPEL

En esa reunión, PSA-Opel propuso congelación salarial para los dos primeros años de convenio, en vez de tres, y para los dos siguientes una subida del 50 % del IPC, que antes era de tres años, aunque mantenía el 10 por ciento de rebajas «en todos los pluses», según informaron fuentes sindicales.

Se llegó también a un «redactado» en cuanto al plan industrial que demandaban los sindicatos, y que recoge la instalación de modelos e inversiones si hay un acuerdo competitivo, y se avanzó en el plan de rejuvenecimiento, que también reclaman.

Junto a estos puntos, consideran irrenunciables los sindicatos la recuperación del contrato de relevo para los nacidos en 1957, la contratación de los eventuales que han salido de la planta y un acuerdo de condiciones para los trabajadores de los niveles 6 y 7.

Ese encuentro se celebró el viernes después de que el presidente aragonés, Javier Lambán, mediara entre las partes y las instara a retomar las negociaciones que el comité de empresa había acordado suspender si la empresa no abordaba estos puntos.

Y después de que PSA Opel anunciara la paralización de todas las actividades relacionadas con la fabricación del nuevo Corsa en la planta y las inversiones vinculadas a nuevos modelos.

EL ESCOLLO

De estas últimas horas de negociación antes de que expire del plazo límite marcado por PSA-Opel para el acuerdo depende, por tanto, que retire esta amenaza.

Una amenaza que supondría un varapalo para la planta, ya que el Corsa supone más de la mitad de la producción, y también para las empresas auxiliares y la economía aragonesa, por el peso que representa el sector del automóvil.