Las personas como seres humanos gregarios que somos, coexistimos en sociedad.

Una sociedad que, actualmente se desarrolla, desenvuelve y convive entre pantallas digitales desde que se despierta hasta que se duerme.

El avance e impulso que han supuesto las TIC’s (tecnologías de la información y las comunicaciones) en nuestras vidas ha sido tan impactante como las ráfagas de cierzo moderado en el Valle del Ebro a las que estamos tan acostumbrados en esta tierra.

La fuerza e intensidad con la que la tecnología se ha hecho un hueco en nuestros hábitos, todavía están siendo asimiladas por algunos congéneres.


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Con la tecnología, nos ha ocurrido lo mismo que les ocurre a nuestras amistades cuando vienen a visitarnos de fuera de nuestra región y les toca un día, o varios, de cierzo moderado.

Ese frío viento cuyas rachas de aire pueden llegar a los 80 o 100 km/h. Prefieren quedarse en casa amarrados al mueble más pesado y a resguardo antes que encararlo.

Piensan que en uno de esos impulsos, van a ser arrastrados hasta el Pirineo sin apenas parpadear.

El cierzo es primo carnal de la borrasca y sobrino directo del anticiclón.

Por otro lado toda la población se transforma en estos días. Quienes no están acostumbrados se sorprenden cómo las banderas, toldos y cualquier carpa de lona pueden llegar a estar tan erguidas y tirantes, como si estuviesen perfectamente planchadas y almidonadas, en sus soportes.

Para nosotros es algo tan habitual, lo tenemos absolutamente asimilado y lo enfrentamos estoicamente que, no supone ningún cambio en nuestras vivencias.

«El cierzo es primo carnal de la borrasca y sobrino directo del anticiclón»

Eso no quita que, de vez en cuando, nos toque ir sujetando las farolas en plena calle por si en una de esas echan a volar Y tú detrás con ellas… Parece que la urbe va a quedar arrasada como ocurrió con anteriores poblaciones que vivieron en tiempos pretéritos.

No obstante, le ponemos todo el pundonor que tenemos y somos capaces de reunir, hacemos gran acopio de fuerza tanto mental como física, y nos lanzamos a la calle porque hay que seguir viviendo.

Los maños somos de una pasta especial y no nos amilanamos fácilmente.

El método es sencillo, antes de salir de casa nos mentalizamos de la situación que nos vamos a encontrar fuera y salimos provistos de toda la indumentaria posible para conseguir nuestro objetivo, que no es otro que caminar por la ciudad de la forma más sosegada y serena viable.

Una vez en la calle, avanzamos con paso firme y perseverante, incluso por los lugares más complicados, eludiendo los rincones donde se forman los mayores torbellinos y polvareda de la ciudad. Buscamos el camino más agradable y sencillo para llegar a nuestro destino sin quemar esfuerzos innecesarios y salir victoriosos de tal afrenta.

Y si es necesario, como hemos dicho… Agarramos las farolas para hacer equipo y conquistar el reto de mantener los pies en el suelo; en vez de salir volando como si fuésemos Mary Poppins.

Por eso, te digo que no te amilanes ante este cierzo tecnológico que suspira con fuerza e intensidad actualmente en nuestra sociedad.

«Los maños somos de una pasta especial y no nos amilanamos fácilmente»

Porque sus ráfagas digitales no podrán derribarte, ¡maño!

Del mismo modo que, persistentes erguido en el semáforo de Paseo Constitución ante el frío vendaval que sopla desde el Moncayo; comienza a liderar tus hábitos y conductas digitales con firmeza y seguridad.

¡No desistas antes de haberlo intentado! Desde aquí todas las semanas, haremos equipo para mostrarte las calles más despejadas y lugares donde mejor se circula, en estos días de ciclones digitales para no desconectar del rumbo hasta llegar a manejar esta ciberventisca que nos acompaña, también, en nuestra bella región que atraviesa el río Ebro y coronan los Pirineos.

*Paula Gracia Andrés es consultora, docente en competencias digitales y especialista en buen uso de TIC’s