Por muchos esfuerzos que se hacen a todos los niveles las tendencias demográficas llevan unas dinámicas y tendencias muy difíciles de corregir.

Para el caso español analiza muy bien el tema Sergio del Molino en su libro La España vacía.

El campo se ha ido vaciando desde los años 50 del pasado siglo y especialmente las grandes ciudades se han ido masificando.


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En Aragón, tenemos comarcas y pueblos con una densidad similar a Escandinavia. Queremos desde aquí hacer un pequeño homenaje al gran sociólogo Mario Gaviria, formado en Zaragoza y recientemente fallecido, que era un maestro en estos temas y en muchos otros.

La España vacía, como indica en su libro Sergio del Molino, joven escritor y periodista, es como un medio país en muchas ocasiones al margen del otro, entre otras muchas cosas es un problema financiero de gran magnitud y repercusiones.

«Tenemos comarcas y pueblos con una densidad similar a Escandinavia»

Si queremos repoblarla hay que dar servicios, que resultan obviamente más caros que en las grandes aglomeraciones urbanas.

En ocasiones esos servicios ni siquiera se dan, por lo que es una pescadilla que se muerde la cola.

Para el caso aragonés, un presupuesto con mucha dependencia del sistema de financiación autonómica, conviene que en las próximas negociaciones a nivel estatal se reclame dramáticamente la variable territorio y su despoblación, pero está crudo porque muchas otras comunidades priorizan el número de población y aquí sólo somos el 3% con tendencia media suavemente a la baja.

Junto con las dos Castillas, Asturias, Galicia y Extremadura, el ‘Aragón vacío’ presenta unos índices de despoblación alarmantes en varias comarcas y poblaciones, con menos de 10 habitantes por kilómetro cuadrado.

Es el caso de Campo de Daroca, Campo de Belchite, Monegros, Maestrazgo, Cuencas Mineras, Gúdar-Javalambre, Matarraña, Bajo Martín, Ribera Baja del Ebro, Jiloca, la Jacetania, Sobrarbe y La Ribagorza.

Varias comarcas de Aragón son pues un auténtico desierto demográfico.