Es, con tan sólo 18 años, un prodigio. Núria Casale Cabanes, nacida en Barcelona pero zaragozana de corazón, acaba de obtener -en el día de hoy- la mayor nota de Aragón en la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EVAU): un 13,96 sobre 14.

Y no es un prodigio sólo por obtener la mayor calificación en la EVAU.

Núria habla cinco idiomas, practica el hockey hierba, toca el piano desde los seis años y destina su tiempo libre en vacaciones para viajar en proyectos solidarios por África.


Publicidad


Y lo tiene claro. Clarísimo. Le apasiona la química y la biología, por lo que estudiará Biotecnología el curso que viene en la Universidad.

En declaraciones a este periódico, Núria cuenta que no se esperaba «ser la mejor de Aragón. Son palabras mayores«. Eso sí, no tenía dudas en que sacaría una buena nota en los exámenes para acceder a la universidad.

LA NOTICIA

Ha recibido la noticia esta mañana, mientras está en Salou como miles de estudiantes después de los exámenes, desde la Universidad.

Y no ha tardado ni cinco minutos en llamar a sus padres para contarlo. Su madre, que ya se lo había notificado el colegio Romareda, ha llorado al conocer la noticia. No es para menos.

¿Por qué Biotecnología?, dice Núria a la pregunta de este periodista. Ella reconoce que siempre el ha movido «conocer sobre las enfermedades, microorganismos y medicamentos». Es pura vocación.


Publicidad


Sin embargo, Núria no encuentra ningún referente científico. Intenta escapar de ese reflejo con su futuro. Núria entiende que, si tuviera que tener una persona de referencia el día de mañana, se alejaría del aspecto profesional para apostar por «una persona que se involucre en los demás«.

SU VIAJE A UGANDA

Con tan sólo 18 años tiene todo el futuro por delante. Y con un pasado solvente académica, deportiva y culturalmente hablando.

Según afirma ella misma en el blog España Rumbo al Sur, habla cinco idiomas: castellano, catalán, inglés, francés y alemán porque cree que «los idiomas son la puerta para conocer nuevas culturas». 

Una de sus aficiones es el deporte, y lo practica en el club de hockey hierba Honigvögel, en Zaragoza. La música es otro de los pilares fundamentales de su vida, tocando el piano desde los seis años.

Y, desde luego, viajar le apasiona. El año pasado recuerda con emoción su viaje a Marruecos, pero apenas tiene tiempo para pensar en ello porque está preparando su próximo viaje a Uganda con un proyecto de cooperación.