La Autonomía no es Soberanía. Lo que pasa es que la existencia de Cámaras Legislativas en las CCAA españolas tiende a confundir. Nos aproximamos a un Estado federal pero, en muchos aspectos, somos más descentralizados.

Fíjense que la Constitución no denomina la forma territorial de Estado que tenemos, y eso que yo, a diferencia de Celia Villalobos, sí me he leído la Constitución.

Nuestra forma de Estado es innominada, parte de la libre creación y asunción de competencias por unos entes llamados Comunidades Autónomas (CCAA en adelante), y de un Estado que las contiene y ostenta la Soberanía.


Publicidad


En España, desde las taifas medievales, ha habido confrontaciones entre ideas más centralizadoras y más descentralizadoras. Se trataba de buscar una síntesis.

Por ello se llegó a una fórmula inédita, en 1978 se llegó a no dar un nombre al Estado, para no cercenar sus posibilidades de configuración.

Si bien todo estaba montado sobre la voluntariedad, desde 1980 se le dio un ‘empujoncito’ y se organizó, mediante acuerdo UCD-PSOE, todo el territorio en CCAA. Eso fue una “ofensa” para algunas como Cataluña que se creen un Estado, pequeñito pero Estado.

«En 1978 se llegó a no dar un nombre al Estado para no cercenar sus posibilidades de configuración»

Se constituyeron muchas CCAA siquiera sea por la “vía lenta” para la asunción de competencias, si bien, en la primera década de este siglo, han igualado su techo competencial a las de la vía rápida.

Sucede que con la crisis desatada en 2008, surge la idea de la supresión de ciertos organismos y se crea la Comisión de Racionalización Administrativa, formada por eminentes burócratas, y que propusieron la supresión de algún órgano autonómico.

Y la utilización del similar del Estado para gastar menos, sucedía con el Tribunal de Cuentas y las Cámaras autonómicas, el Defensor del Pueblo y los defensores autonómicos, el Consejo de Estado y los órganos consultivos autonómicos, etc…

Las CCAA «históricas» no hicieron ni caso, de las de “vía lenta” algunas fueron haciendo caso y otras, como Aragón, no y ni se lo plantearon.


Publicidad


Pese a la distinción entre CCAA “históricas” y “no históricas”, y al “café para todos” del pacto UCD-PSOE, hay muchos grados de autonomía, y cada comunidad es un mundo.

No vamos a entrar en la personalidad de cada comunidad autónoma, pero la autonomía existe para que cada comunidad implemente sus propias soluciones para sus ciudadanos y no legisle en plan “copia y pega”.

Esta es una técnica que consiste en legislar mucho pero copiando normas del Estado o de otras CCAA, dando soluciones a problemas que no son los propios, incluso, importando errores. Ya se ve que es todo menos autonomía.

A veces se agradecería que se pensara más y se legislara menos.

Otra técnica de legislación es la de “muñeca rusa”: reglamento autonómico que copia ley autonómica que copia ley estatal. La idea es crear un manual didáctico apto para todos públicos.

«A veces se agradecería que se pensara más y se legislara menos»

El problema es que la norma jurídica ha de ser interpretada y aplicada por el operador jurídico no por cualquiera, y que si, un día, cambia la Ley estatal, cambia todo, y el mero lector no sabe ir más allá.

El problema es no creerse la autonomía y no saber legislar, el sistema autonómico es bueno, y, bien aplicado, lo del gasto es algo accesorio.

Y como decían Tip y Coll: «La semana que viene hablaremos del Gobierno».