El Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) es un instrumento de promoción económica creado en 1992 con el objetivo de ayudar al desarrollo socio-económico de la provincia de Teruel a través de nuevas inversiones públicas que permitan generar empleo, incrementar el nivel de renta y contribuir al asentamiento de población.

Desde luego, el último objetivo no se ha cumplido. Y dudo mucho que el primero lo haya hecho.


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El FITE comenzó con una asignación económica de 1.900 millones de pesetas cofinanciados al 50% entre el Estado y la Comunidad Autónoma mediante la firma de un convenio, que ha ido renovándose hasta alcanzar en los últimos años la cantidad de 60 millones de euros (10.000 millones de pesetas).

El expresidente Zapatero prometió duplicar la asignación del Estado, pero las palabras se las lleva el aire.

Los 30 millones que aporta el Estado ni de lejos roza lo que nos correspondería de haber sido Teruel incluido en el Fondo de Compensación Interterritorial.

Así que, lejos de sacar pecho, lo que deberían hacer los políticos aragoneses es exigir la inclusión de Teruel en un único Fondo y mayor aportación de la Unión Europea.

El FITE se divide en seis grandes líneas de actuación: infraestructuras de transportes y comunicaciones; apoyo a iniciativas empresariales, fundamentalmente en los ámbitos industrial, agroalimentario y turístico; apoyo a las infraestructuras para la implantación de empresas; puesta en valor del patrimonio cultural, ambiental y social; proyectos estratégicos y singulares; e infraestructuras municipales.

Esta es la teoría. Ahora la práctica.

En el 2018, el complejo de Motorland se llevará la mejor parte con un total de 9,2 millones de euros repartidos en tres bloques: Ciudad del Motor de Aragón (8,4 millones), Parque Tecnológico del Motor de Aragón (500.000 euros) y Laboratorio Unizar-Motorland (300.000 euros).

Vamos, que Motorland se lleva casi una sexta parte del FITE 2018. ¿En qué va a invertirlos?, ¿en gasto corriente?, ¿cuánto va a revertir en la provincia?.

Y es que 2018 no es el primer año en que Motorland se lleva la parte del león; es lo habitual año tras año.

«Vamos, que Motorland se lleva casi una sexta parte del FITE 2018»

Destacan también por su cuantía 4 millones de euros para el Parque Temático de Dinópolis, otros tantos para el Aeropuerto de Teruel y 1,6 millones para Galáctica-Javalambre (que consiste en construir 9 cúpulas para la observación astronómica y esperar a que se llenen de turistas).

Si tan rentables e innovadoras son estas inversiones, ¿no habría inversores privados interesados?, ¿o serán algunas de ellas como la autopista de Velasco, la ARA-1, una sobreestimación optimista de rentabilidad, el cuento de la lechera?


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Abundan en los proyectos aprobados con cargo al FITE 2018 obras que deberían ser financiadas por la DGA como rehabilitaciones de edificios públicos, infraestructuras relacionadas con la gestión del agua; incluso el anterior Consejero de Sanidad, Sr. Celaya, propuso financiar el Hospital de Teruel con estos fondos.

Total, qué más da de dónde salga el dinero, vino a decir; lo importante es hacerlo.

Pues no, Sr. Celaya, las ayudas del FITE tienen la finalidad de crear empleo, y no la de pagar gasto corriente ni inversiones que deberían financiarse con los presupuestos. De momento, este FITE ya incluye el acceso al futuro hospital.

«Si tan rentables e innovadoras son estas inversiones, ¿no habría inversores privados interesados?»

Con todo, lo más criticable de los FITE, año tras año, es la opacidad y los criterios clientelares en las adjudicaciones.

Este año, el 56,5% de los 60 millones se adjudicarán a dedo, “discrecionalmente”, que queda más fino. Sólo el 43,5% lo será en concurrencia competitiva. Esta discrecionalidad ha sido la tónica de todos los gobiernos que han pasado por Aragón.

El Justicia de Aragón, la Fiscalía de Teruel y la Cámara de Cuentas ya alertaron de esta falta de transparencia en las adjudicaciones de los proyectos financiados con cargo al FITE, recomendando que se cumpla la legislación en materia de subvenciones.


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Pero así seguimos, como el que oye llover.

Espero que algún día se haga una evaluación de la eficacia con la que nuestros próceres se gastan nuestro dinero. Que se evalúe en qué medida se cumplen los objetivos.

¿Cuántos puestos de trabajo directo o indirecto ha creado Motorland o el aeropuerto de Teruel? ¿Cuánto nos ha costado cada puesto de trabajo, pongamos durante tres años? ¿Ha aumentado la población con ellos? ¿O no se trataba de eso?