La baja cantidad de agua en los ríos ha favorecido un crecimiento brutal de macrófitos y algas. El perfecto ecosistema para la puesta de la mosca negra, el agresivo insecto que produce fuertes reacciones alérgicas con su saliva, aunque no transmite ninguna enfermedad, se puede terminar en urgencias.

Desde hace unos días, el Instituto de Salud Pública del Ayuntamiento de Zaragoza realiza muestreos y tratamientos en los ríos Ebro y Gállego para evitar la proliferación de la mosca negra. Los expertos apuntan a que durante estos días su presencia ha aumentado por la mayor existencia de macrófitos debido al escaso caudal y a las altas temperaturas.

‘EL BICHO’

Los expertos consultados del Instituto de Salud Pública destacan que en los dos o tres últimos años la situación estuvo bastante controlada dado que hubo avenidas y riadas que limpiaron los cauces de estas plantas acuáticas. Explican que hasta 2011, cuando se produjo un pico, se detectó que estos insectos llegaban tanto del Pirineo, a través del Gállego, como desde el Delta, por el Ebro.

Un operario en la ribera del río Ebro tratando de exterminar a la mosca negra – Zaragoza

Por ello, el consistorio de la capital aragonesa realiza prospecciones desde el mes de mayo. Tanto en el río Ebro como en el río Gállego, las dos zonas localizadas como lugares de puesta. Según los expertos del instituto municipal, se han llevado a cabo los mismos sondeos en el Canal Imperial o en el río Huerva y no se ha detectado ningún foco de mosca negra.


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El insecto que alerta a la población que vive en el entorno del río Ebro y el río Gállego se desplaza para la puesta de larvas, lo que significa que una hembra adulta, que es la que pone y suele morder, puede provenir de zonas de fuera del municipio de Zaragoza. La mosca negra puede actuar en un radio de 20 ó 25 kilómetros.

Los muestreos que se realizan en la capital aragonesa se centran en los tramos del barrio rural de Juslibol, en la Pasarela del Voluntariado, en el Puente de Piedra, en el azud y la Cartuja Baja y los tratamientos que se aplican se realizan en los mismos puntos.

CÓMO

En función de la densidad larvaria que revelan se lleva a cabo un tratamiento con bacilo, un larvicida biológico que no afecta a la flora ni a la fauna del río, y posteriormente se vuelven a hacer muestreos para comprobar la efectividad y en función de la densidad se aplican más o menos tratamientos.

Los controles se realizan cada dos o tres semanas durante todo el verano, dado que la mosca negra tiene varios ciclos reproductivos al año, aunque el pico de la mosca es mitad de julio y cuando se comprueba que existe una densidad larvaria menor y que hay menor incidencia se dejan de hacer.

A diferencia del mosquito, que pica con su aguijón, la mosca negra muerde porque tiene aparato bucal y aunque no transmite ninguna enfermedad su saliva tiene un alto poder alérgeno, por lo que produce una reacción alérgica «muy importante».

Una patrulla de operarios en busca de nidos de la mosca negra – Zaragoza

Los expertos detallan que no se está acostumbrado a este tipo de mordedura y que el organismo puede, progresivamente, ir adaptándose y solucionando a nivel interno este tipo de alergias de forma más controlada, pero ha incidido en que «inicialmente produce una reacción importante».


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EVITE LA MOSCA NEGRA: ROPA CLARA

Entre las recomendaciones pare evitar estas mordeduras, los expertos aconsejan llevar ropas claras, dado que las detectan peor que las oscuras en movimiento, a ser posible cubrir la mayor parte del cuerpo -porque no atraviesan la ropa- y llevar repelentes que contengan geranioles o citronelas.

También se recomienda evitar las zonas próximas a las riberas y, en caso de mordedura y de reacción alérgica fuerte, acudir al centro de salud. Indican que a diferencia del mosquito, estos insectos muerden «por la mañana y por la tarde», aunque evitan las horas de más calor, pero si la jornada no es muy calurosa pueden actuar «todo el día».