Llega el verano y con él las vacaciones, los colegios cierran sus aulas y aparece el debate de siempre, año tras año. ¿Tienen que hacer deberes los niños en verano?

Los defensores del sí, argumentan que son muchos días de vacaciones, de ocio y tiempo libre y por lo tanto los niños necesitan repasar para no olvidar lo aprendido, ni el hábito de trabajo.

Por otro lado tenemos a los defensores del no, según ellos los niños necesitan descansar y divertirse, ¡ya han trabajado bastante durante el curso!

¿Ustedes que piensan?, el debate está servido.

En mi opinión, es cierto que son muchos días de vacaciones pero se pasan volando. Y si no recuerden sus veranos cuando eran niños.

Tenemos las familias que no pueden hacerse cargo de los hijos por su trabajo y delegan en abuelos, cuidadoras o en campamentos de verano y se encuentran ante el dilema de cómo llenar tantas horas para que no estén pegados todo el día a las pantallas o en las piscinas.

Como padres queremos que se diviertan pero que también aprovechen un poco el tiempo. Luego está el “tiempo vacacional en familia”, todos juntos en el que buscamos descanso, diversión, paz y armonía y no estar discutiendo todo el día por los deberes.

Habría que diferenciar edades y tipos de deberes. No es lo mismo deberes para la etapa infantil, que para primaria o secundaria, ni si los niños han aprobado todo y bien o si han suspendido y tiene que recuperar.

Si cada profesor para que no pierdan lo aprendido de su asignatura, manda un libro o unas fotocopias, tenemos a los niños o jóvenes tan agobiados y a sus padres tan tensos, como durante el curso por el tema de los deberes.

El 90 % de los adultos y digo el 90 porque siempre hay excepciones, no nos llevamos de vacaciones el trabajo, para no perder ritmo a la vuelta, ¿verdad? También es cierto que no se tienen 60 días de vacaciones. Septiembre es un mes de adaptación y de coger de nuevo el ritmo y las rutinas.

El 90 % de los adultos no nos llevamos de vacaciones el trabajo, para no perder ritmo a la vuelta, ¿verdad?

Como profesora hace unos días entregue un libro de vacaciones, que mi centro tiene por costumbre, a los padres de mis alumnos en la última reunión de curso. En el caso de Infantil, para mí se trata más de un entretenimiento que de una obligación.

El día tiene muchas horas, desde que se levantan hasta que se acuestan. Un rato de colorear y manualidades les gusta y las familias te lo demandan. Pero eso puede suponer 15 minutos o media hora como mucho. La sorpresa de los padres fue que todos los niños querían empezar el libro ya.

Como madre, conforme han ido creciendo mis hijos, cada vez nos han costado más realizar las tareas del verano impuestas, tal vez porque eran impuestas, nada divertidas ni creativas y porque están cansados y quieren hacer cosas nuevas.

Por fin, sienten que tiene tiempo libre para ellos, para hacer actividades que durante el curso no pueden. Tal vez, si los profesores, pidiesen trabajos o actividades más entretenidas y diferentes que, hacer mil y un ejercicios se motivarían más.

Las vacaciones son para descansar y sobretodo disfrutar de aquellas actividades que durante el curso no podemos realizar. Hay que aprovechar para estar al aire libre, para disfrutar de la naturaleza, para no hacer nada, para estar con los amigos, para leer o hacer algo interesante. Hay tiempo para todo, solo hay que organizarse.

Las vacaciones son para descansar y sobretodo disfrutar de aquellas actividades que durante el curso no podemos realizar

Con niños pequeños, yo les recomiendo a los padres repasar lo aprendido vivenciándolo en el día a día, hablando mucho con los hijos y enseñándoles cómo funcionan las cosas, como son, de donde salen o por ejemplo ahora que está muy de moda cocinar juntos aprendiendo los ingredientes de donde vienen, donde se compran, las medidas y cantidades necesarias, los tiempos, los colores, sabores texturas, el orden, la paciencia, la limpieza…

Un rato de lectura siempre es recomendable y se consigue sobre todo con el ejemplo de los padres, no por imposición y desde luego sin un trabajo obligatorio sobre el libro, en todo caso modernicémonos con los tiempos y pidámosles un video para sus amigos contando el argumento o por que le ha gustado ese libro.

Las vacaciones pueden ser también un estupendo momento para aprender cosas nuevas, nuevos hobbies o reforzar conceptos aprendidos a través de vivencias como una excursión o viaje en el que pueden entrar en juego todas las asignaturas que estudia nuestro hijo sin darse cuenta de una forma divertida y entretenida.

Deberes si, deberes no, ¿qué hacer? Por un lado como padres queremos que se diviertan, que los deberes no rompan la paz familiar, pero también si vemos que pierden mucho el tiempo nos ponemos nerviosos. ¿Cómo actuar?

Disfrutar del verano, del tiempo en familia y con amigos, enseñar a nuestros hijos a distribuir este tiempo, intentando crecer cada día un poco más como persona, en valores, conocimientos y sobretodo siendo felices.

¡Feliz verano!

Cristina Gil Gil es autora de La profe responde, editorial Palabra; y del blog Ideas para crear y disfrutar