Un día triste para los familiares y amigos de Ana María Suárez, la zaragozana de 67 años asesinada en el atentado de la pasada semana en Cambrils. El último adiós ha sido en un funeral celebrado en el día de hoy en el cementerio de Torrero de la capital aragonesa.

Las exequias han sido oficiadas por el arzobispo de Zaragoza, Vicente Giménez, y han congregado a casi un centenar de personas cercanas a la familia de la fallecida.

En el funeral, según ha podido conocer este periódico, no ha habido representación institucional por expreso deseo de la familia que quería celebrar la ceremonia en la más estricta intimidad.

Sin embargo, por la excepcionalidad del fallecimiento y como homenaje por parte de la ciudadanía, ha querido estar el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, y el subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Ángel Val. Ambos, por expreso de la familia, han estado a título personal pero conscientes de su papel representativo.

SIN REPRESENTACIÓN DE ZEC

Un gesto que el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, o el resto de su corporación municipal no lo han considerado. Según fuentes municipales, «no se entiende el papel de un gobierno en un funeral privado«.

Por otro lado, según ha podido conocer HOY ARAGÓN, el gobierno de Zaragoza en Común no tiene intención de realizar ningún homenaje público o reconocimiento a la mujer asesinada en el atentado yihadista de Cambrils (Tarragona).

Otro gesto del Gobierno de ZEC que contrasta con el que realizó el Ayuntamiento de Las Rozas (Madrid) después del asesinato de Ignacio Echeverría en el atentado yihadista de Londres. En ese momento, la localidad -por iniciativa del Ayuntamiento- se volcó para rendir homenaje a su vecino.

A LA ESPERA

Ana María Suárez falleció el pasado viernes tras ser apuñalada en el atentado de Cambrils, que se produjo la madrugada anterior cuando paseaba por el paseo marítimo en compañía de su marido y su hermana.

Ambos -marido y hermana- continúan hospitalizados en centros sanitarios de Tarragona y fueron visitados este lunes por el consejero de Sanidad del Gobierno aragonés, Sebastián Celaya, que transmitió la solidaridad y apoyo a la familia y puso a disposición de sendos hospitales los recursos sanitarios de Aragón para facilitar el traslado de ambos heridos a Zaragoza cuando su estado de salud así lo permita.