Son cada día más los vecinos que conviven con una mascota, generalmente un perro. Estos animales necesitan, como las personas, hacer sus necesidades evacuadoras, pero a diferencia de las personas lo suelen hacer en la calle.

Cada día son más las personas que son respetuosas con los demás y con la ciudad, y educan a sus perros para hacer sus necesidades en los lugares permitidos, y que también las recogen cuando de cacas se trata. Pero sigue habiendo un grupo de incívicos que permiten a sus mascotas orinar en cualquier esquina o portal y dejar sus defecaciones en plena calle.

Desde estas líneas les pediría que reflexionen sobre estos comportamientos y eduquen a sus mascotas. Pero también pido a las autoridades responsables que apliquen la normativa vigente al respecto. Del mismo modo, es exigible que los dueños presten atención cuando sus animales van sueltos por lugares públicos.

No es infrecuente que algún perro se lance sobre alguna persona que pasea o corre por algún parque. Los dueños siempre dicen lo mismo «no le va a hacer nada, no muerde, sólo quiere jugar». Puede que tengan razón, pero del susto no se libra nadie.

«Les pediría que reflexionen sobre estos comportamientos y eduquen a sus mascotas»

Algunas personas que tiene un perro, cuando se habla de estos asuntos, siempre manifiestan que ellos son fieles cumplidores de las normas, que sus perros jamás orinan en lugares de uso común y que siempre recogen las cacas. Felicidades a todos ellos, pero les invito a recorrer la ciudad y comprobar que lo de los orines y excrementos de perros no son broma.

Además de la suciedad y falta de higiene, las mencionadas deposiciones producen un coste a las arcas municipales, de las cuales todos somos contribuyentes a través de nuestros impuestos. Horas de trabajo innecesarias que pagamos entre todos.

La educación es muy importante, pero no hay que olvidar que las sanciones ayudan a que lo aprendido no se olvide. Así que manos a la obra, a proseguir las campañas educativas y a sancionar al que incumpla las normas una vez establecidas.

«Les invito a recorrer la ciudad y comprobar que lo de los orines y excrementos de perros no son broma»

No es algo tan difícil de conseguir. Ahora que tantas personas tienen la oportunidad de viajar por el mundo podrán comprobar que los países más avanzados son los que más respetan a los animales, pero también comprobarán que las calles están limpias de orines y excrementos de perros; que los perros van siempre sujetos a sus dueños, excepto en los lugares permitidos.

Bienvenidos estos animales que tanta satisfacción y compañía producen a los que los tienen. Bienvenidas todas las normas que los protejan de malos tratos. Bienvenidas todas las personas que aman a los animales y cuidan de ellos.

Las sociedades avanzadas se distinguen por el respeto y cuidado de los animales, pero también, y principalmente, por el respeto a la convivencia y a las normas establecidas, y por vigilar de su estricto cumplimiento con las sanciones correspondientes cuando se vulneran.

Por cierto, otro día hablaremos de las colillas.