Hablamos siempre de la adaptación de los niños al colegio, pero habría que hablar también de la adaptación de los padres. Para vosotros también es una situación nueva y desconocida que os causa preocupación y temor, especialmente para aquellas familias que no se han separado de su pequeño durante los tres primeros años de su vida.

Lo primero, debemos tener plena confianza en el centro y en el personal que nosotros libremente hemos elegido, es conveniente visitarles y hablar con ellos de todo lo que nos preocupa. Ellos son los especialistas y sabrán tranquilizarnos.

Para vuestros hijos es un sitio nuevo, muy divertido, donde se lo va a pasar muy bien y va hacer nuevos amigos. Si notan que los padres o abuelos están preocupados pensarán que, «no es tan buen sitio como dicen«.

Debemos controlar nuestra preocupación, siendo muy discretos en nuestros comentarios (no olvidéis que vuestros hijos tienen siempre la antena puesta; aunque parezca que no se enteran de lo que decimos o que no nos escuchan u oyen, sí que lo hacen).

Hay que evitar transmitirles esa preocupación o ansiedad que nosotros como padres podamos tener. Si los hijos ven que los padres dudan o sienten miedo de la separación, lo pasarán peor. Es inevitable hacernos preguntas como: ¿Estará́ bien? ¿le gustará? ¿se adaptará pronto? ¿llorará?

«Si los hijos ven que los padres dudan o sienten miedo de la separación, lo pasarán peor»

La adaptación depende mucho del carácter de cada niño, de las vivencias que ha tenido anteriormente y de las relaciones sociales que ha vivido. Cuanto más abierto y sociable sea vuestro hijo, mejor le irá. Para ello, desde que son muy pequeñitos, es importante que se acostumbren a estar con diferentes adultos y a jugar en el parque con otros niños, evitando la sobre protección y el apego excesivo a un adulto determinado, es decir, evitar la mamitis, papitis o abuelitis.

Es fundamental hablar con vuestro hijo de dónde va a ir, de cómo se llama el colegio, visitarlo para que le sea familiar, conocer al personal, hablarle de lo bien que va a estar allí́, de las cosas que va hacer…

Las despedidas deben ser breves y sin engaños como «te espero aquí detrás de la puerta, vuelvo en 5 minutos…» eso solo hace crear en el niño mayor ansiedad ya que es incapaz de medir el tiempo.

La motivación positiva es importantísima. Tenemos que venderle a nuestro hijo su nuevo colegio como el mejor del mundo, donde va a estar fenomenal y le van a querer muchísimo. Puede ayudar a su motivación, contarles nuestras experiencias buenas de cuando fuimos al colegio. En estas edades somos su ejemplo a seguir. Por su puesto nosotros los padres somos los primeros que tenemos que estar motivados, seguros y convencidos.

Es cuestión de tiempo que ambos os acostumbréis a la nueva situación. Paciencia, tranquilidad y confianza. Si quieres saber más puedes leer La Profe responde de la Editorial Palabra.

*Cristina Gil Gil es autora de La profe responde de la Editorial Palabra, y también autora del blog Ideas para crear y disfrutar