El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Teruel, liderado por el PP, ha elaborado una propuesta de modificación de ordenanzas fiscales para 2018 en la que, un año más, se propone como norma general la congelación de impuestos, tasas y precios públicos para el próximo año.

En lo que se refiere a los impuestos, sólo se modifican el IBI de naturaleza urbana y el impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (plusvalía), para minorar la presión fiscal de los ciudadanos, indican fuentes municipales en una nota de prensa.

Con esta propuesta, y tras la gestión financiera aplicada durante años desde el consistorio popular, Teruel es el municipio aragonés con la presión fiscal más baja.


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En el IBI se rebaja el tipo gravamen del 0,480% al 0,457% para compensar la actualización de los valores catastrales prevista en 2018, resultando una cuota a pagar por los contribuyentes idéntica a la del año 2017 y, en algunos casos inferior.

En la plusvalía, se incrementa la bonificación establecida para las transmisiones de vivienda, a título lucrativo por causa de muerte, otorgadas por los ascendientes a favor de sus descendientes, cualquiera que sea el grado de parentesco y por adopción, siempre que se destine a vivienda habitual, pasando del 60 % al 80 %.

«NO EMPEORAR LA SITUACIÓN DE LOS CIUDADANOS»

La principal impulsora de este plan de ordenanzas fiscales, la concejal de Hacienda, Rocío Feliz de Vargas, explica a HOY ARAGÓN las claves de la propuesta municipal. La edil reconoce que «podemos congelar los impuestos de Teruel porque contenemos el gasto superfluo«.

Y destaca que «priorizamos en el gasto pero mantenemos, desde que entramos en el gobierno municipal, todos los servicios sociales sin mermar la calidad«.

Feliz de Vargas cree que un Ayuntamiento debe «no empeorar la situación de los ciudadanos» y por ello defiende la congelación impositiva de la ciudad de Teruel. Explica, a su vez, que pese a estar la ciudad sujeta a un plan de ajuste hasta 2020, se mantiene una congelación de los impuestos «por el bien de los ciudadanos«.

TASAS MUNICIPALES

Respecto a las tasas de ferias y mercado, se modifica la tarifa del mercadillo con la finalidad de equiparar paulatinamente la que abonan los vendedores ambulantes del ramo de la alimentación a la del resto. Para ello, los primeros pagarán 1,18 euros por metro cuadrado o fracción y día en lugar de los actuales 1,08 euros.

También se incrementa la tarifa por utilización de pabellón para actos no deportivos y para los no empadronados en Teruel y se rebaja la edad mínima de pago en las piscinas de los 7 a los 6 años, al tiempo que se amplia la bonificación establecida para todos los deportes federados y se incrementan un 5 % los abonos de temporada de la piscina climatizada.

Así, ya que la actividad de comprobación de las condiciones de habitabilidad que antes realizaba el Gobierno de Aragón ahora la realiza el Ayuntamiento, se establece un tipo de gravamen del 0,1 % sobre el presupuesto de contrata, rebajándose en relación con el que aplicaba el Gobierno de Aragón, del 0,5 %.

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Por otro lado, se introduce un nuevo apartado para el supuesto de actividades de comprobación sobre un proyecto que modifique el presentado anteriormente, siempre que no se deba a un requerimiento de subsanación de deficiencias, y que establece una cuota tributaria del 25 % de la obtenida inicialmente.

En cuanto a la entrada a los aljibes y las murallas medievales, los usuarios de la visita guiada a la ciudad disfrutarán de tarifa reducida, mientras que en el caso del precio público de las visitas guiadas se incrementa de 12 a 14 años la edad de gratuidad del servicio.

TERUEL, EL ‘MILAGRO’

El Ayuntamiento de Teruel liquidó el presupuesto de 2016 -por primera vez- con un “remanente de tesorería positivo“, después de doce años cerrando en negativo.

Buj destacó hace varias semanas, tras la noticia financiera, que el Ayuntamiento “se encuentra en una situación saneada” y la muestra -explicó- es que “todos los datos económicos del ayuntamiento son números azules, en positivo”.

Curiosamente, Teruel pudo salir de la asfixia económica que vivía hace años desde que el PP tomó las riendas del consistorio. Primero con Manuel Blasco, y ahora con Emma Buj.

Cuando Manuel Blasco llegó a la alcaldía, le tocó capear un panorama económico desolador. En las arcas municipales no había ni un euro de liquidez y sí muchas facturas pendientes.

E incluso, por impago, al Ayuntamiento le llegaron a cortar la luz. Las deudas del consistorio tocaban a más de 1.700 euros por vecino y Teruel se situaba, tras Madrid, como la segunda capital de provincia con más deuda pública por habitante.