El presidente de Aragón y -recién reelegido secretario general del PSOE-, Javier Lambán, se reunió ayer con el presidente de la Diputación de Huesca, Miguel Gracia, con la finalidad de coser el partido y comenzar a diseñar una dirección en la que las tres provincias estén proporcionalmente representadas.

Fuentes conocedoras de la reunión afirman que éste era en esencia el objetivo de la entrevista entre Lambán y Gracia tras el proceso de primarias de la organización. La idea de ambos, corroboran las fuentes consultadas, consiste en «recomponer la unidad».


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Miguel Gracia, durante el proceso de primarias, se alineó con la rival de Javier Lambán, la socialista Carmen Dueso, quien perdió finalmente ante Lambán. La relación entre el presidente de Aragón y Miguel Gracia se había deteriorado especialmente a raíz de dicho proceso interno.

De hecho, en Huesca, Dueso ganó con importante margen sobre Lambán, lo cual, a la postre, no fue suficiente por la distribución de votos en Zaragoza, claramente afín al actual secretario general del PSOE Aragón.

Por ello, las fuentes consultadas recalcan la importancia de este primer encuentro entre ambos, fundamental para restañar las heridas orgánicas abiertas.

«CERRAR» EL PARTIDO

La entrevista se caracterizó por la cordialidad y por la coincidencia entre los interlocutores en que, después de que cada cual «legítimamente» defendiera una opción durante las primarias, resulta ahora esencial «cerrar» el partido y diseñar unas estructuras de integración que refuercen las opciones del PSOE para ganar las elecciones autonómicas de 2019.

Por ello, durante esta primera reunión, se han trazado unas directrices para el diseño y funcionamiento tanto de la Ejecutiva como del Comité Regional.

Según incidieron las fuentes, y «sin entrar en nombres ni en puestos», tanto Lambán como Gracia se mostraron de acuerdo en que la dirección socialista que plantee el presidente aragonés debe tener en cuenta la «proporcionalidad» de los territorios, es decir, de las tres provincias.

Será, por tanto, una dirección de «integración» en la que el secretario general, no obstante, actuará con libertad para designar a las personas y perfilar los cargos que considere convenientes.