El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha asegurado hoy que no cree que el autogobierno aragonés esté «en absoluto» en peligro tras la aplicación del artículo 155 en Cataluña, como sí mantiene Podemos, a quien ha afeado su posición porque imposibilita acuerdos entre la izquierda en el Estado.

En una comparecencia en las Cortes solicitada por la formación morada para hablar sobre el papel de Aragón de cara a una futura reforma constitucional, el presidente autonómico ha reiterado que el 155, lejos de suponerle «algún tipo de quebranto», le ha producido «algún tipo de alivio».


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No obstante, ha defendido una reforma de la Carta Magna para convertir en fundamentales algunos derechos, revertir la modificación del artículo 135 sobre el pago de la deuda y establecer un techo de gasto social que ninguna crisis pueda romper.

Del mismo modo, ha abogado por una reforma del Título VIII para blindar las competencias autonómicas, evitar cualquier tendencia «recentralizadora«, establecer criterios básicos de financiación y poder marcar hechos diferenciales siempre y cuando no entrañen ningún tipo de distinción en el acceso a los derechos.

También para crear una verdadera cámara territorial donde los aragoneses puedan aportar a la política española o que cualquier decisión del Gobierno del Estado pueda ser contrapesada por las Comunidades Autónomas.

LAS LÍNEAS ROJAS DE LAMBÁN

Ha marcado, no obstante, alguna línea roja, como la concesión de nuevos regímenes fiscales propios como el vasco o el navarro, con los que tampoco está de acuerdo pero que ya «no tiene remedio», o que cualquier avance en la corresponsabilidad fiscal se haga sin renunciar a los mecanismos de solidaridad.

Para ello ha anunciado que el Gobierno de Aragón quiere sentarse en la mesa de la negociación constitucional «con los deberes hechos» y, en consecuencia, el Departamento de Presidencia ya está trabajando en «pergeñar» una posición, que deberán configurar también las Cortes tomando el Estatuto de Autonomía como directriz fundamental.

Pero Lambán ha recalcado que no se dan en este momento las circunstancias para que dicha reforma sea inmediata porque requiere una predisposición de la mayoría de las fuerzas políticas para lograr un consenso, como mínimo, similar al de 1978, algo que actualmente no existe.

Eso sí, ha advertido a Podemos de que todo ello no se puede hacer «deshaciendo el mejor camino que ha dado España a lo largo de toda su historia o desdiciendo a la mejor generación de políticos que hemos tenido», en referencia a la transición, y les ha instado a reconsiderar su posición y no atender «cantos de sirena absolutamente tramposos» porque «pueden quedar absolutamente invalidados para representar a esta nación».

«LA TRIPLE ALIANZA DE LA RECENTRALIZACIÓN»

Por su parte, el líder de Podemos, Nacho Escartín, ha lamentado que en Aragón han sido «pocos y mal avenidos» e incapaces de formar un frente común y que por ello los acuerdos alcanzados en «despachos de Madrid» han dejado a la Comunidad Autónoma en una «segunda división».

Tras considerar que el 155 amenaza a otras autonomías y que la reacción del PP a las últimas reformas estatutarias, con la catalana a la cabeza, ha sido la que ha «gripado» las instituciones y ha «reventado» los consensos constitucionales, ahora no hay bilateralidad real ni autonomía financiera plena.

En este sentido, ha avisado a los socialistas de que si siguen en la «triple alianza» de «recentralización» junto con PP y Ciudadanos, va a tener enfrente a Podemos.

LA REFORMA CONSTITUCIONAL

En las intervenciones del resto de grupos, el popular Luis María Beamonte ha instado a Lambán a mandar a «freír espárragos» a Podemos, a los que ha acusado de «dinamitar» el espacio de convivencia que «nos dimos los españoles».

El portavoz del PSOE, Javier Sada, ha considerado que todos los grupos políticos deben sentarse a la mesa de la reforma constitucional y que esta tiene que estar amparada por todos para que sea «factible» y sirva a todos los españoles.

Por el PAR, Arturo Aliaga ha reconocido que la reforma «flota en el ambiente político», pero cree que el momento actual de España requiere más calma, y ha pedido a los grupos parlamentarios aragoneses que no cedan ante «los jefes de Madrid».

Susana Gaspar, de Ciudadanos, ha acusado a Escartín de «tergiversación de la historia» y ha emplazado a Lambán a centrarse en «aquello que nos une» en lugar de en hechos diferenciales el día que tenga que representar a Aragón en una mesa de negociación.

En representación del Grupo Mixto, Gregorio Briz (CHA) ha incidido en la necesidad de una financiación adecuada como requisito para un federalismo cooperativo y solidario y ha defendido un régimen financiero propio, la corresponsabilidad fiscal y el reconocimiento del derecho de autodeterminación y de Aragón como nación