Reconozco que a veces ‘no hacer nada’ es una opción recomendable. Y es curioso, precisamente en esas ocasiones es cuando más difícil resulta contenerse o quedarse quieto mirando. En cambio, hay otras en las que ‘no hacer nada’ es injustificable. Y nos encontramos ante una de estas ocasiones.

El Gobierno de Aragón permanece en su actitud de no hacer nada ante la amenaza que se cierne sobre nosotros por las ansias independentistas de algunos descerebrados. La economía catalana va a sufrir graves consecuencias y de rebote la aragonesa.

Y aún así el Gobierno de Lambán dice que va a mantener la misma actitud que viene sosteniendo a lo largo de toda la legislatura, la de quedarse mirando. Eso sí, parece que tienen la intención de mirar con más atención.

El Gobierno de Lambán dice que va a mantener la misma actitud que viene sosteniendo a lo largo de toda la legislatura, la de quedarse mirando

Esta vez ha creado un observatorio de coyuntura. Por aquello de ir enterándose de lo que va pasando y terminar diciendo que a Aragón no le hace falta «pescar en río revuelto» cuando se refiere a atraer empresas catalanas a nuestra comunidad.

Digo yo que es cierto que no debemos alegrarnos de las desgracias ajenas.

Pero una cosa es intentar convencer a las empresas para que se vayan de Cataluña, algo que tengo que reconocer que queda feo, y otra muy distinta convencer de que Aragón es la mejor alternativa a las que han decidido marcharse.

Tenemos que ser solidarios pero eso no significa que desaprovechemos las oportunidades. No ponerse manos a la obra es una torpeza sin igual. El Gobierno de Aragón debería ponerse a «hacer cosas».

Aunque muchos pensemos que debería haberlo hecho desde que llegaron al poder. Porque el tiempo perdido, por desgracia, no se recupera. Y cuando llegan los problemas, o las oportunidades según se mire, lo mejor es estar preparado.