Este próximo lunes, Pedro Santisteve afrontará su segundo Debate sobre el Estado de la ciudad. Lo hará dos años y medio después de su investidura como alcalde, y a apenas año y medio del final de su mandato.

Santisteve acude a este debate desprovisto ya del parapeto de la inexperiencia. Sin margen para la excusa del bloqueo. Acude con dos presupuestos aprobados y, por tanto, con el margen necesario para juzgar su capacidad de gestión.

En este debate, quizá el más crucial del mandato, Santisteve tendrá que explicar ante los representantes de los zaragozanos en qué ha mejorado Zaragoza en Común la ciudad. Y lo que es más importante, en qué ha mejorado su gestión la vida de los zaragozanos y zaragozanas. Lo tendrá difícil.

Santisteve tendrá que explicar ante los representantes de los zaragozanos en qué ha mejorado Zaragoza en Común la ciudad

Y es que es imposible encontrar un sólo servicio municipal que funcione mejor que hace dos años y medio. No lo es tanto encontrar servicios que funcionan a todas luces peor. Limpieza, parques o autobuses han iniciado un evidente proceso de deterioro ante la incapacidad de gestionar de Santisteve y su equipo.

Sin proyectos ni ambición para transformar Zaragoza, Santisteve ha condenado a Zaragoza a una parálisis demostrada por unos niveles de inversión claramente inferiores a los que se mantuvieron durante los peores años de la crisis.

Zaragoza, de su mano, está perdiendo el tren de la recuperación como ha perdido decenas de millones en fondos europeos que otras ciudades sí han sido capaces de lograr.

Santisteve ha condenado a Zaragoza a una parálisis con unos niveles de inversión inferiores a los peores años de la crisis

Hace no mucho veíamos la imagen de un Santisteve explicando su proyecto de presupuesto (nunca mejor dicho «su») ante un auditorio casi vacío compuesto en su mayoría de asesores y concejales.

Fotomontaje de dos asambleas de ZEC con dos años de diferencia / H.A

Comparar esa imagen con las primeras reuniones en salas repletas de ciudadanos explica mejor que ninguna frase la inmensa decepción que Santisteve y ZEC están suponiendo. La constatación de que son un experimento fallido y del (mal) estado de Zaragoza.