La juez instructora del presunto asesinato de Víctor Laínez en Zaragoza ve «indicios» de que el acusado actuó «movido» por la ideología de la víctima, ya que le agredió mortalmente tras recriminarle «el simple hecho de portar» unos tirantes con «los colores de la bandera de España».


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En el auto, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza, que hoy ha tomado declaración al presunto asesino, Rodrigo Lanza, detenido desde el pasado lunes, alude al artículo 22.4 del Código Penal para enmarcar los hechos. El precepto sitúa como agravantes del delito «motivos racistas, antisemitas y otra clase de discriminación referente a la ideología (…)».

Lanza se encuentra en prisión sin fianza, tal y como ha decretado la juez, y de acuerdo con las investigaciones hechas hasta la fecha, hay «indicios racionales» de que ha cometido un delito de asesinato según el artículo 139.1.1º del citado Código Penal, es decir, con alevosía. A este se suma el agravante de ser un delito de odio.

LA AGRESIÓN

Pues, tal y como informó HOY ARAGÓN en exclusiva -y el auto ratifica la información-, el acusado agredió a Víctor Laínez «por la espalda, sin posibilidad alguna de defensa y utilizando al efecto un objetivo lo suficientemente contundente como para provocarle una fractura ósea» en el cráneo y en el tejido cerebral. Considera que ésta puede ser la causa de la muerte de la víctima. Una información que adelantó en exclusiva este periódico.

La alevosía la describe la jueza en el auto: «Seguidamente, tras caer la víctima al suelo, le propinó fuertes golpes en la cabeza, quizá patadas, que le provocaron la rotura de los huesos propios de la nariz y zonas adyacentes».

Todos estos datos, según el auto, «quedan debidamente objetivados por el parte médico» del Hospital Clínico de Zaragoza, en el que ingresó Laínez tras ser inicialmente atendido en el lugar de los hechos, en la calle Heroísmo de la capital aragonesa, en el bar «El tocadiscos».

La sangre de Víctor Láinez en el bar ‘Tocadiscos’ / HOY ARAGÓN

Asimismo, apunta la jueza, el informe del médico forense sobre la autopsia habla de «agresiones de gran intensidad traumática«. Añade el auto un aspecto relevante: que el informe forense no menciona «signos externos de reacción o defensa» en el cuerpo de la víctima.

LA JUEZ NO DUDA DE LA AUTORÍA DE LANZA

Tras señalar que «no existe duda» de la identidad del autor de los hechos, como sostienen las declaraciones hechas en dependencias policiales de sus acompañantes, del propietario del bar y de cinco clientes, el auto recoge la versión del acusado, según la cual «se limitó a evitar una posible agresión con arma blanca» de Laínez.

La existencia de la misma -una presunta navaja, según Lanza- no consta en los autos, puntualiza la jueza antes de remarcar que dicha versión «entra en clara contradicción con los informes médicos ya citados» y con las declaraciones de algunos de los testigos.

DECRETA PRISIÓN POR POSIBLE REITERACIÓN DELICTIVA

Por tanto, dada «la gravedad del delito imputado» y de la pena que éste acarrea, queda justificada la privación de libertad del investigado.

La juez, acto seguido, afirma que «vistos los antecedentes» del acusado y las propias circunstancias de los hechos que se juzgan, «es preciso evitar una posible reiteración delictiva, no siendo descartable que el investigado pudiera protagonizar nuevamente conductas violentas frente a personas que le desagradan, bien por su ideología, bien por los signos externos que la representan».

Es entonces cuando la jueza apunta que hay «indicios» de que el presunto asesino actuó «movido» por la ideología de la víctima, representada en «el simple hecho de portar, en el legítimo uso de su libertad personal, unos tirantes con los colores de la bandera española«.