La basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza ha sido hoy testigo del multitudinario adiós al arzobispo emérito Elías Yanes, quien presidió la Conferencia Episcopal desde 1993 hasta 1999 y que falleció el pasado viernes.

Cientos de personas, entre ellos representantes políticos y de la cultura, se han acercado hasta la basílica para despedirse del que fuera arzobispo titular de Zaragoza durante casi tres décadas (1977-2005), fallecido a los 90 años tras un continuo debilitamiento de su estado debido a su avanzada edad.

A la homilía pronunciada por el actual arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez Zamora, han asistido seis cardenales: Ricardo Blázquez (presidente de la Conferencia Episcopal Española), Antonio Cañizares, Carlos Osoro, Antonio María Rouco Varela, Lluis Martínez y el aragonés Juan José Omella.

En declaraciones a la prensa previas a la ceremonia, el cardenal Omella, quien fuera obispo auxiliar de Yanes, ha recordado al fallecido como «un hombre muy de la Iglesia pero de los tiempos modernos», además de una «persona muy inteligente y humilde«.


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Estaban también presentes los arzobispos de Pamplona-Tudela, de Oviedo, de Sevilla, de Sarda y el arzobispo emérito de Zaragoza Manuel Ureña Pastor, quien sucedió a Yanes en la sede metropolitana.

Un total de veinte obispos de toda España se han sumado a las exequias, entre ellos los responsables de los obispados aragoneses.

A las 11.30 horas la capilla ardiente instalada desde ayer en el Palacio Arzobispal y por la que han pasado cientos de personas ha sido clausurada y la comitiva fúnebre se ha dirigido hasta la catedral basílica de Nuestra Señora del Pilar, donde el féretro ha sido recibido por los obispos, arzobispos y cardenales concelebrantes.

Tras una oración en la puerta del templo ha comenzado la procesión hasta el altar mayor, donde se ha celebrado la misa exequial a cargo del arzobispo de Zaragoza.

Al llegar, se ha encendido el cirio pascual y se han depositado sobre el féretro las vestimentas litúrgicas- la casulla y la mitra-, el báculo pastoral y el evangeliario.

La misa en memoria del arzobispo emérito Elías Yanes / HA

En la homilía, el arzobispo de Zaragoza ha destacado «el inmenso servicio a la Iglesia y a la sociedad civil española» de Yanes, sobre todo a principios de su episcopado, «que coincidió con el posconcilio y la Transición española«, momento este último en el que «supo distinguir las voces de los ecos».

De sus 28 años a cargo del Arzobispado zaragozano ha destacado su acción pastoral inspirada en el Concilio Vaticano II, la recuperación del patrimonio -como la «modélica restauración de la catedral de la Seo»- o la creación de nuevas parroquias y templos.

«Una deuda de inmensa gratitud de la Diócesis de Zaragoza y de toda España», ha manifestado el prelado ante los obispos, arzobispos, cardenales y los alrededor de un centenar de sacerdotes que han asistido al funeral, junto a los allegados de Yanes y feligreses que han abarrotado los bancos del altar mayor, permaneciendo muchos otros también de pie.

Concluida la misa, se ha llevado a cabo el «último adiós al cuerpo del difunto» y se ha cantado la jaculatoria «Bendita y alabada sea«, con la música que ha corrido a cargo durante toda la ceremonia de la escolanía de Infantes del Pilar y el coro del «Seminario Metropolitano», reforzado para la ocasión por algunas voces graves de la capilla musical Nuestra Señora del Pilar.

Una concurrida Basílica del Pilar ha dado el último adiós a Elías Yanes / H.A

Los restos del que fuera arzobispo de Zaragoza entre 1977 y 2005 han recibido sepultura en la cripta del Pilar, justo al lado del brazo derecho de la cruz que preside la capilla mortuoria, en la intimidad.

El Papa Francisco envió el pasado sábado a través del nuncio del Vaticano en España, Renzo Fratini, un mensaje al arzobispo de Zaragoza, en el que le trasladaba su más profundo pésame por el fallecimiento de quien «con ejemplar celo y entrega pastoral, sirvió a esta Iglesia particular durante tantos años».

Elías Yanes fue Arzobispo de Zaragoza desde el 4 de junio de 1977 hasta el 2 de abril de 2005 y presidente de la Conferencia Episcopal en el sexenio de 1993 a 1999, años en los que ocupó también el cargo de vicepresidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de los Países de la Unión Europa.