Oye, ni rastro. Es que no. Ni con lupa.

En el día de ayer, el Ayuntamiento de los ‘comunes’ presentó el cartel anunciador de las Fiestas del Pilar de este año. Con su autora, la ilustradora Mamen Marcén.

Y como suele ser habitual, y aún más común -nunca mejor dicho- ni rastro de la Virgen del Pilar.

¿Por qué? ¿Qué pasa?

¿No es cool el producto de una Virgen para unas fiestas locales? ¿O es que quizá ni se contempla por parte del gobierno de Santisteve que sea un requisito en el cartel? Pregunto.


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Sin desmerecer el trabajo de la autora, el cartel es atractivo visualmente, fresco y engancha. Me gusta. Y lo digo en serio.

Es más, el jurado no es la comuna política de Zaragoza en Común. Está representado por profesionales de la imagen, las artes plásticas y la publicidad. Es decir, saben de qué va la cosa. Juzgan lo que hay, y eso hicieron.

«¿O es que quizá ni se contempla por parte del gobierno de Santisteve que sea un requisito en el cartel?»

El cartel me parece más propio de un festival indie en la costa mediterránea, de unas fiestas primaverales de cualquier club social o, incluso, para ilustrar un cuento infantil.

Y es que, aunque suene a guasa, hemos pasado en pocos años de Nuestra Señora la Virgen del Pilar a la ‘Pili’. Así, a pelo.

Es que, aunque no les guste a los amigos de Zaragoza en Común, la Basílica del Pilar está entre los diez monumentos más visitados de España -tanto religiosos como laicos- con cinco millones de visitas al año, o por otro lado, la Ofrenda de Flores a la Virgen congregó a 285.000 personas en un día. Por ejemplo.

La pregunta qué deberíamos hacernos todos es: ¿Por qué en los últimos años se ha relegado la Virgen del Pilar al olvido en los carteles que anuncian nuestras (sus) fiestas?

¿Debería establecerse como condición para presentar un cartel al concurso del ayuntamiento que haya algún detalle que represente a la Virgen, la tradición popular o algo propio de la ciudad de Zaragoza?

«Hemos pasado en pocos años de Nuestra Señora la Virgen del Pilar a la ‘Pili»

Es que igual, aquellos que venían a frenar los desahucios se están implicando en demasía por desahuciar todo aquello que ‘suene’ a religioso o tradicional. Desde el intento de apropiarse de la Catedral de la Seo (y otros templos religiosos) hasta la desidia por crear un museo de la Semana Santa en Zaragoza.