El gol de Nayim es uno de los recuerdos más felices de cualquier zaragocista.

El golpeo, casi imposible, del jugador del Real Zaragoza en la final de la Recopa de Europa -en 1995- contra el Arsenal, hizo vibrar a toda la ciudad. Y, 23 años después, todavía lo hace.

Han pasado más de dos décadas, y aunque Carlos Gardel insista en «que 20 años no es nada», sí que lo es.

La fantasía que elevó a la gloria al Real Zaragoza es un icono que bien podría merecer un reconocimiento expreso de la ciudad.


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Otras ciudades, junto con sus clubs más representativos, han dedicado un merecido reconocimiento a los jugadores más importantes de su historia, a trofeos que marcaron una época o a las grandes gestas futbolísticas.

La pasión por el fútbol es capaz de llevar a los seguidores de un club a homenajear a sus ídolos inmortalizándolos con esculturas.

Los ejemplos son múltiples, y algunos -incluso- se han convertido en todo un lugar de peregrinaje, o punto de interés turístico, cuando se visita la ciudad.

Una de las estatuas más conocidas está en el ‘teatro de los sueños’. En el estadio Old Trafford, donde juega el equipo red, Manchester United (Inglaterra).

En ésta, se recogen en un abrazo tres de las figuras más reconocidas del centenario club inglés, George BestDenis Law y Bobby Charlton, quienes fueron artífices de llevar a su equipo a ser el primero inglés ganar la actual Liga de Campeones, en 1968.

Old Trafford, y la ‘Santísima Trinidad’ del Manchester United / H.A

Otra de las estatuas más conocidas, y que incluso es motivo de visita turística en la ciudad de Amsterdam, es la estatua de Johan Cruyff. El cerebro de ‘La Naranja Mecánica’ -la selección holandesa de los años 70- es un icono en el fútbol holandés.

La estatua de Johan Cruyff preside la entrada del Estadio Olímpico de Amsterdam.

Johan Cruyff, la leyenda del fútbol holandés / H.A

Manolo Preciado es una leyenda del Sporting de Gijón. Y por ello, la ciudad decidió dedicarle un monumento erigido para homenajear su legado futbolístico. La estatua está situada en las inmediaciones del estadio El Molinón, en la ciudad de Gijón (Asturias).

La iniciativa para construir la estatua fue impulsada por la peña ‘Portal Sportinguista‘, que contó con la colaboración de la familia y amigos del entrenador, tras su fallecimiento.

Su coste se estimó en unos 110.000 euros, y fueron recaudados mediante aportaciones populares tras el movimiento ciudadano surgido en la ciudad asturiana.

Manolo Preciado, un hombre que siempre estará en el corazón de una ciudad / Sporting de Gijón

La estatua del gran futbolista francés, Thierry Henry, en el Emirates Stadium, es motivo de orgullo para los hinchas del Arsenal inglés.

Su tamaño empequeñece, y el gesto que marca la estatua, asemejando el característico gesto de Henry al meter un gol, deja sin aliento.

Sin embargo, pese a ser la estatua más reciente, el estadio inglés está rodeado de estatuas o esculturas de las figuras más laureadas de la historia del Arsenal.

¿Y Nayim? El futbolista ceutí sigue erizando el pelo a cualquier zaragocista cada vez que se recuerda la gesta de los ‘héroes de París’.

El exjugador del Real Zaragoza dio a la ciudad uno de los momentos más bonitos de su historia. Y un grato recuerdo para generaciones de zaragocistas. La pregunta está ahí.

¿Se merece el gol de Nayim una estatua en homenaje a la mayor gesta de la historia del Real Zaragoza?

Nayim, el ‘loco’ que golpeó un balón a 49 metros de distancia para darle la gloria a Zaragoza / H.A