Han pasado unos días del acto en Alsasua de apoyo a la Guardia Civil de la plataforma España Ciudadana, por la agresión sufrida por dos de sus miembros destinados en esta localidad navarra, y sus respectivas parejas. Ellos, por el mero hecho de pertenecer al Cuerpo, y ellas por ser parejas de ellos.

Porque en política hay que ganar la batalla diaria de la opinión pública si quieres ganar en las urnas.

Porque en política pasan cosas que no suceden en la vida real, donde la mayoría de las personas no se asociarían, ni para ir a ‘coger duros’, con según que personajes, organizaciones e ideales.


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En el pueblo, los que piensan diferente a los manifestantes, no se privaron de boicotear una manifestación legal, a favor de las víctimas de los intolerantes y en defensa de los valores constitucionales.

Insultos, piedras y campanadas para silenciar las palabras de una víctima del terrorismo, todo aderezado con la presencia de un condenado por diecisiete asesinatos, cinco niños incluidos, que todavía no ha mostrado ningún tipo de arrepentimiento.

Libertad de expresión por ambas partes, donde las víctimas y sus acompañantes necesitaron protección policial para ejercer su derecho de manifestación.

Resulta que el portavoz del PSOE en el Senado hizo unas declaraciones tildando de «provocadora e incendiaria» la manifestación del movimiento constitucionalista.

Sí, el mismo partido político que ha enterrado a decenas de sus dirigentes en los años del plomo, que derramó sangre, sudor y lágrimas hace tiempo en defensa de los valores democráticos allí donde pensar diferente te podía costar la vida.

«Insultos, piedras y campanadas para silenciar las palabras de una víctima del terrorismo»

Por ello había que manifestarse en territorio comanche, por ello había que manifestarse en Alsasua. No para provocar o reavivar el conflicto, o para descubrir la bajeza del nacionalismo identitario. No. El motivo es retratar a un Gobierno sustentado por la indecencia.

Porque el Gobierno de Sánchez necesita aprobar unos Presupuestos y ya eligió a sus socios, los que le auparon al poder. Socios que califican de fascistas a los que acompañaban a las víctimas de ETA el domingo.

Porque el Gobierno podía haber guardado silencio, pero prefirió salir en defensa de sus compañeros de legislatura.


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Porque en política hay que ganar la batalla diaria de la opinión pública si quieres ganar en las urnas.

Porque en política pasan cosas que no suceden en la vida real, donde la mayoría de las personas no se asociarían, ni para ir a “coger duros”, con según que personajes, organizaciones e ideales.

Este es el precio del Poder para algunos, gobernar a cualquier precio.

*Raúl Chueca es vocal de Ciudadanos en la Junta Municipal Sur de Zaragoza