La directora general de Industria de la Generalitat, Matilde Villarroya, se ha mostrado pesimista respecto a la posibilidad de que consiga convencer al grupo Agrolimen para dar marcha atrás a la decisión de cerrar la planta de Gallina Blanca en Sant Joan Despí (Barcelona) y trasladarla a Huesca.

En declaraciones a los periodistas, Villarroya ha asegurado que el Govern está siguiendo este posible cierre y el traslado de la planta a Huesca y que se ha puesto en contacto con el grupo empresarial, aunque es escéptica respecto al resultado de estas gestiones.


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«Ellos no se han puesto en contacto con nosotros. Hemos sido nosotros al conocer el problema«, ha señalado Villarroya, que cree que el traslado a Huesca responde a «una decisión estratégica» de los propietarios de Gallina Blanca, por lo que podría ser «irreversible».

El grupo Agrolimen anunció la pasada semana al comité de empresa el cierre de la planta de Gallina Blanca de Sant Joan Despí (Barcelona) y el traslado de la producción a Huesca.

Los sindicatos aseguran que el traslado se debe a una futura recalificación de los terrenos donde está ahora la factoría, que emplea a 70 personas, y denuncian la existencia de una «operación inmobiliaria puramente especulativa».