Todos lo dicen medio en broma medio en serio: en Zaragoza se fabrica el frío. O, al menos, cerca está de cumplirse esta frase. No hay una persona que no venga de fuera, o los propios zaragozanos, que no digas ‘qué frío hace en esta ciudad…’.

Todo tiene una explicación. Si en Zaragoza se siente el frío casi más que en otro lugar es debido al cierzo, que junto con las temperaturas bajas provoca una sensación térmica más baja. 


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La sensación térmica -para entendernos- es el frío que realmente sentimos cuando hay viento. Lo cual, como es evidente, no se corresponde con lo que marcan los termómetros.

Para poder medir realmente el frío que se siente cuando hay viento se utiliza el Índice de Sensación Térmica o WindChill, que no es más que una fórmula que nos proporciona la temperatura real que sentimos por la combinación del frío y la velocidad del viento. Al haber viento, los cuerpos se enfrían más rápidamente.

Es fácil comprobar que no se siente el mismo frío cuando estamos a 5 grados y viento en calma que cuando hay 5 grados y fuerte viento.

Otro de los fenómenos meteorológicos relacionados con el frío, y característicos de Zaragoza, es la niebla que oculta por completo el sol durante todo el día y mantiene las temperaturas bajas, además este fenómeno puede durar varios días.  


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Estos dos fenómenos típicos y recurrentes en nuestra ciudad hacen que todo el mundo que nos visite en invierno tenga la sensación de que es una ciudad muy fría a pesar de estar a poca altitud.