Siempre se ha dicho que todos los caminos llevan a Roma. Y así era. El portentoso imperio romano ocupaba buena parte del continente europeo y, por tanto, Roma era el corazón, el pulmón y el sueño de la ciudad idílica para todo ‘romano’ que viviera en el Imperio.

Zaragoza, salvando las distancias, también puede presumir que desde uno de los lugares más recónditos del planeta se señaliza su camino.

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12.880 kilómetros. Esa es la distancia que separa el continente ‘blanco’ de la Antartida de la ciudad aragonesa.

Eso sí, la distancia es aún más cercana entre ambos puntos por la relación que une a Zaragoza con la Antartida gracias al gran número de aragoneses que ahí investigan o desarrollan sus campos profesionales.

 

El rey Juan Carlos I posa junto al cartel que señala varias ciudades españolas, en 2004 / EFE

Físicos, ingenieros o militares aragoneses son, entre otros, los profesionales que desarrollan durante meses proyectos ahí. De hecho, en conjunto, las expediciones que parten desde Aragón llevan más de 30 años investigando en el continente helado, aislados del exterior y en condiciones extremas.

Es uno de los lugares más extremos: la base Gabriel de Castilla, en la Antártida, donde el viento y la humedad hacen que la sensación térmica sea de 30 grados bajo cero.

A día de hoy, de los aragoneses más destacados en la base española, se encuentra la XXXII Campaña Antártica del Ejército de Tierra. Se ocupan del apoyo logístico en la base hasta el próximo mes de marzo de 2019.