El Partido Socialista de Aragón cruza los dedos. En ningún caso verían con buenos ojos que las elecciones generales coincidieran con las elecciones autonómicas y municipales. El efecto Sánchez, en forma de tsunami electoral por su gestión de la crisis catalana, haría mella en las expectativas electorales de los socialistas aragoneses.


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Ni lo esconden en privado, ni tampoco en público. El consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, Vicente Guillén, respaldó ayer la postura del presidente aragonés Javier Lambán, de no hacer coincidir las elecciones generales con las autonómicas, municipales y europeas.

Eso sí, tampoco se pronunció si prefiere que las estatales sean antes o después. En un primer momento, según adelantó EFE, el gobierno de España estaría tanteando convocar las elecciones el 14 de abril.

«A todas las comunidades autónomas nos interesa hablar de la gestión que hemos hecho en los últimos años y cuáles son las iniciativas que se van a poner en marcha en los próximos», declaró Guillén en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno de Aragón.


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«No queremos que la política nacional interfiera» y «nos gustaría que se separara un proceso general de uno autonómico», añadió el consejero de Presidencia aragonés. «Lo que nos va a beneficiar es que la gente entienda lo que se ha hecho y ofrecer un programa lo suficientemente atractivo para que la ciudadanía opte por esta opción», remarcó.

Por su parte, el presidente aragonés Javier Lambán también reconoció públicamente su rechazo a que la convocatoria de elecciones generales coincidiera con los comicios autonómicos.

Varias fuentes socialistas, consultadas por este periódico, reconocen que la reciente gestión política del relator por parte del Gobierno de España, para acercar las posturas con los partidos separatistas y así favorecer un acuerdo presupuestario, ha sido «una autentica vergüenza que nos está haciendo daño electoral».