Aragón en la Encrucijada tiene la vocación de servir de nexo de unión de un conjunto de entregas sobre la realidad socioeconómica de nuestra tierra.

En ellas se pretende hacer una introspección de las raíces profundas de nuestro devenir e introducir ideas disruptivas para empujar a nuestra historia hacia la osadía, la ambición y el emprendimiento innovador que requiere el momento histórico que vivimos.

Publicidad

Aragón cuerpo y alma. El lector que haya picado el anzuelo de zambullirse en esta columna seguramente conoce las cifras críticas de este ‘cuerpo’, que publica el Instituto Aragonés de Estadística: 3,1% del PIB de España, PIB industrial 18% (aunque basado casi únicamente en la actividad de Opel-PSA), saldo vegetativo de -3% (dos comarcas con edad media superior a los 50 años) y despoblación.

Sobre el ‘alma’ basta con quedarse con que el 34,3% de los estudiantes quiere ser funcionario y sólo el 10,2% se plantea crear su propia empresa, frente al 18,8% de media de España (Educa2020 y Fundación Axa).

El significado de esta radiografía somera sólo se muestra con su crudeza real cuando se abren los ojos más allá de nuestras lindes: con el mismo territorio somos 6 veces más pobres que nuestros vecinos del este y tenemos menos de un sexto de su población, tal es así que Aragón se muere materialmente.

«El 34,3% de los estudiantes quiere ser funcionario y sólo el 10,2% se plantea crear su propia empresa»

Parémonos aquí, respiremos y escuchemos que ecos interiores nos llegan ante una catástrofe de esta magnitud. Cuanto más silencio y escucha pongamos, más asombro surgirá en nosotros al descubrir que ese ‘alma’ colectiva aragonesa está anestesiada, no reacciona, está encogida y aferrada a la resignación, incluso ante una situación tan patética.

Poca población implica pocos votos y por tanto escasa influencia política para conseguir atraer recursos; y a la vez conlleva la emigración de los más jóvenes y preparados, debilitando la capacidad de innovar y emprender, cerrando las puertas del futuro.

Publicidad

Estamos inmersos en un círculo vicioso del que necesariamente hay que salir, y lo tenemos que lograr los propios aragoneses, haciendo de la necesidad, virtud, descargándonos de nuestras mochilas inútiles.

Además, vivimos en un momento histórico crucial en el que se está iniciando una nueva revolución industrial y tecnológica a nivel mundial que está creando nuevos paradigmas, riesgos y oportunidades, en la que Aragón y España en su conjunto debe de ser, por su propia supervivencia, un actor relevante. De ahí el título de Aragón en la Encrucijada para esta columna.

Las recetas que ha aplicado la vieja política durante décadas nos han llevado a donde estamos, por tanto ha llegado la hora de usar nuevos criterios de pensamiento imaginativo y no-lineal, desarrollando estrategias para fomentar la generación de emprendedores innovadores. De poco sirve llenar la administración de instituciones y agencias de ayuda a las empresas, cuando en realidad el problema principal es que no hay espíritu emprendedor en nuestra comunidad al mismo nivel que en otras.

Debemos crear un círculo virtuoso nuevo capaz de sembrar emprendimiento innovador en todos los niveles de la sociedad, alentado por un movimiento ciudadano, de ciudadanos en acción, implicados en un proyecto orientado al bien común.

Se verá en próximas entregas que este nuevo aragonés debe actuar de manera consciente, abierta al mundo, informada, comprometida y activa, siendo protagonista del cambio.

«El problema principal es que no hay espíritu emprendedor en nuestra comunidad al mismo nivel que en otras»

Nuestro objetivo ha de ser, y lo es para este columnista, perfilar las estrategias que permitan sembrar emprendimiento innovador. Ya adelanto que ello implica un nuevo paradigma de sistema educativo, cambios en el sistema de incentivos institucionales para I+D+i, y otras acciones que hasta ahora no se han aplicado.

Publicidad

Necesitamos tener muy claro nuestro norte, que no debe ser otro que el de la ambición sana y justa de multiplicar por 6 nuestro PIB, lo que equivale a equipararnos con nuestros vecinos. Este es el fuego que ha de guiarnos en esta noche oscura.

En esta línea, en sucesivas entregas se irán abordando cuestiones clave para Aragón como: el sistema de I+D+i, el sistema educativo, la Sociedad Digital, Industria 4.0, la Ley de la Ciencia, etc.

*Pablo García Vicente de Vera es ingeniero de Telecomunicaciones