Las demandas vecinales para la movilidad urbana comienzan a ser una constante. La falta de autobuses adaptados a las demandas de los vecinos, tanto por no ser eléctricos o no articulados, así como la alta frecuencia o la difícil accesibilidad a las marquesinas en algunos puntos, entre otros.

Desde hace años, el autobús urbano de la ciudad ha estado en un segundo plano dentro de la movilidad de Zaragoza.


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Tanto es así que la Asociación Vecinal Tío Jorge Arrabal denuncia el mal funcionamiento de la línea 35 del autobús urbano, especialmente entre las 7.30 y las 9.00 horas, ya que se presta sobre todo con autobuses no articulados, lo que reduce su capacidad.

Por lo que reclaman que se preste con vehículos articulados. Y una mayor frecuencia durante las horas críticas. 


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El mal funcionamiento de la línea empieza a ser una constante en las paradas del bus 35 de la calle Sobrarbe, sentido Vía Hispanidad en el que recuerda que tiene su origen en Parque Goya y cuando llega a Arrabal no caben más pasajeros.

Instan por ello al servicio de movilidad a que, de forma urgente e inmediata, garantice el servicio en la línea 35, sobre todo en horas punta con autobuses articulados y a que se mejore la frecuencia de la misma al ser «la única alternativa» en transporte público de los vecinos del Arrabal para acceder a los hospitales, la Universidad y el centro de la ciudad.

MÁS DE 2.200 DÍAS

Además de la línea 35, los vecinos de esta zona de Zaragoza lamentan que el nuevo recorrido de la línea 60 no haya recogido sus reclamaciones y propone que circule por la calle Sobrarbe hacia Paseo de la Ribera desde Marques de la Cadena, o bien por Avenida Cataluña y Paseo de la Ribera hasta su final recorrido, y en sentido inverso por Baselga y Plaza San Gregorio a Valle Zuriza y Caminos del Norte, hasta alcanzar Marques de la Cadena en su recorrido oficial. Aseguran de que esta forma recogería más pasajeros.

También reclaman una mejor frecuencia del bus 50, que por las mañanas en días laborables es de 15 minutos y el resto del día y fines de semana de 30 minutos, lo que consideran «excesivo» para un servicio necesario para el barrio por ser la única línea que comunica con su hospital de referencia, el Royo Villanova, y conecta con el resto de barrios del distrito del Rabal, así como con el Actur y permite intercambiar con el tranvía.


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Desde la asociación señalan asimismo que llevan «más de 2.200 días» esperando las obras de accesibilidad a la parada del tranvía de la Chimenea, trabajos que fueron aprobados por el gobierno de Zaragoza hace más de un año y de los que no tienen noticias. 

Después de cruzar la Avenida de los Pirineos, los vecinos que quieren acceder al tranvía deben atravesar las vías justo en la zona donde se inicia la zona de césped de las mismas, próxima a la calzada sin que exista paso de cebra, acera ni ninguna indicación que permita cruzar, lo que supone un grave riesgo, recuerdan.