El presidente de Vox, Santiago Abascal, rechazó ayer que el PP y su presidente, Pablo Casado, sea una alternativa al «socialismo, separatismo y comunismo«, y recordó que durante ocho años los populares fueron los «albaceas testamentarios» de las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero.

Abascal hizo esta afirmación en un acto preelectoral celebrado en el Palacio de Congresos de Huesca, ante más de 400 personas que llenaban las bancadas de la sala y que lo han aclamado continuamente con gritos de «presidente, presidente».


Publicidad


En su intervención, destacó que durante los 8 años que ejerció como vicesecretario de Comunicación, Casado defendió todas las políticas «erróneas y de rendición» de Mariano Rajoy, a quien responsabilizó a su vez de dejar «intactas» las promovidas por Rodríguez Zapatero.

Según explicó, para Casado «Vox es de derechas cuando hay que pactar en Andalucía y de extrema derecha cuando se acercan las elecciones».

También cargó contra el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, a quien cuestionó por «cambiar permanentemente de principios y de pareja de baile», y al que no consideró fiable por no desvelar con qué fuerzas políticas pactará tras las elecciones.


Publicidad


Abascal advirtió a sus seguidores de «de aquí hasta el 28 de abril vais a oir todo tipo de mentiras, de publicaciones insidiosas, de medias verdades que son peor que las mentiras y de tramas con la única intención de desprestigiarnos.

Tras destacar que Vox es el partido del «sentido común», advirtió contra las encuestas «malintencionadas de los Tezanos de la derecha y de la izquierda«, y ha animado a votar a su partido a los que «no tienen miedo».

«Los que tienen miedo que voten al partido cobarde y los que tenéis valor al partido valiente«, ha espetado.


Publicidad


Abascal resumió su ideario político al afirmar que en Vox «estamos los que pensamos que quien ataca a España debe de ser perseguido, que los partidos separatistas deben de ilegalizarse, que los que han dado un golpe de estado deben de ser detenidos, que la autonomía de Cataluña debe de suspenderse y que los Mossos d’Esquadra deben disolverse».

También expresó su rechazo al estado de las autonomías, al que ha responsabilizado de propiciar «17 nuevas centralidades» y de favorecer «desigualdades» entre los españoles, y a posicionarse a favor de una inmigración «legal y ordenada».

«En España los españoles tienen prioridad y tienen que entrar quienes los españoles digan que entre, y es que España tiene paredes y una puerta y quien quiera vivir con nosotros tiene que llamar, pedir permiso y decir qué viene a hacer».

«Otros demagogos, desde el castillo de Galapagar, que es un icono de los progres de la izquierda que viven en sus mansiones y protegidos por muros y los cuerpos y fuerzas de seguridad, vienen a decirnos que las paredes de nuestro país, nuestras fronteras, deben derribarse, y que cualquiera puede venir, pero no es así».