Francisco de Goya y Lucientes es el aragonés más universal. Su legado artístico perseguirá al mundo del arte durante siglos. Y su huella todavía pervive en la ciudad de Zaragoza, donde residió durante años.


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El zaragozano nació en el pequeño municipio de Fuendetodos, a pocos kilómetros de la capital aragonesa. Con pocos años, su familia se trasladó a Zaragoza donde residieron en varios puntos de la ciudad. La mayoría de ellas han sido víctimas del desarrollo urbanístico, en el siglo pasado. Entre ellas, en la calle Morería, en el Coso bajo o en la plaza San Pedro Nolasco.

La única casa donde residió Francisco de Goya que se mantiene en pie está en pleno centro de la ciudad. Es un edificio de hace 250 años que, tras varias reformas integras, tanto en su interior como en el exterior, sigue siendo habitable en la Plaza San Miguel, número 4. Nunca ha sido derribado.

Como curiosidad, se conoce que la vivienda fue propiedad de la familia de Goya y Lucientes desde hace 20 años. A raíz de una investigación del historiador José Luis Ona, el genio aragonés residió en ese edificio en los años 1768 y 1769.


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En el edificio figura una pequeña placa que recuerda que la vivienda perteneció a la familia del artista. Nada más. Desde las instituciones no se ha emprendido ningún reconocimiento más concreto del edificio, o incluso señalizarlo o destinarlo a interés turístico. A día de hoy sigue siendo lugar de residencia de varios propietarios.