En Aragón, el medio rural se vacía. El envejecimiento, la escasa natalidad, la emigración y la falta de oportunidades, son algunas de las razones que nos han llevado a una situación de despoblación en la que 16 de sus 33 comarcas cuentan con una población inferior a los 10 habitantes por kilómetro cuadrado (zonas despobladas según la Unión Europea).

El 73% de la población se concentra en la Provincia de Zaragoza, el 16,7% en la de Huesca y el 10,3% en la de Teruel y el 85,8% de sus 731 municipios tienen menos de 1.000 habitantes. 

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Estas cifras, probablemente optimistas por corresponder a datos censales que suelen ser superiores a las cifras de residentes habituales, son por si mismas preocupantes pero, lo que es aún peor: ¡La tendencia es negativa!

La despoblación del medio rural es un problema social que preocupa, tanto a los ciudadanos, como a los diferentes estamentos públicos. Cabría preguntarse si es viable que la población pueda volver a asentarse en el ámbito rural, para ello:

1. – En primer lugar, es necesario que la población pueda encontrar en este entorno rural un medio de subsistencia económicamente sostenible.

2.- En segundo lugar, que en dicho ámbito pueda disfrutar de unos servicios públicos y privados de calidad, que lo hagan atractivo y permitan el asentamiento poblacional. El abanico de servicios en los que podemos pensar es muy amplio, desde servicios públicos (como suministro de agua potable, alumbrado público, transporte público, basuras, cementerio, alcantarillado, pavimentación de calles y carreteras, educación, servicios sanitarios, policía, servicios administrativos, telecomunicaciones, internet y banda ancha, telefonía móvil, etc.) hasta servicios privados de todo tipo (alimentación, ocio, servicios técnicos, bancos, farmacias, etc.)

Ante esta situación, nos podríamos preguntar qué papel pueden jugar las Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones para facilitar la prestación de estos servicios.

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Seguramente llegaríamos a la conclusión de que la disponibilidad en el medio rural de infraestructuras y servicios basados en las TIC son una condición necesaria para ello, pero por si mismos no pueden proporcionar, en ningún caso, una solución global al problema de la despoblación en el medio rural.

Las nuevas tecnologías puedes realizar un papel fundamental en el mundo rural en ámbitos como el educativo o sanitario, pero también en servicios del ámbito privado como el bancario

Gracias a las nuevas tecnologías, el mundo es cada vez más global y digital, las distancias se acortan y la información puede fluir y ser mucho más accesible donde más se necesite; esto abre una importante vía: Las nuevas tecnologías pueden ser una buena herramienta y ofrecer nuevas posibilidades a la hora de acercar servicios al ámbito rural extenso y disperso.

Si nos centramos en el caso particular de Aragón y en sus servicios públicos, el Gobierno de Aragón y las Diputaciones provinciales tienen abiertas líneas de acción para la extensión de sus servicios básicos a todos los rincones de Aragón, principalmente a través de ayudas para la ampliación de la banda ancha en el entorno rural y la extensión y digitalización de los servicios públicos; un buen comienzo, pero aún queda mucho camino por recorrer.

Si nos fijamos en servicios públicos esenciales como son la educación y la sanidad, podemos reseñar los siguientes ejemplos, como casos en los que las nuevas tecnologías pueden abrir y están abriendo nuevas posibilidades:

En educación: Existen proyectos de aula conectada, con nuevas metodologías de formación que permiten una enseñanza de calidad y adecuada a cada alumno, con programas específicos para alumno y profesor. La tecnología puede permitir que un alumno vea una clase remota como si estuviese en ella, realizando preguntas o viendo la información necesaria al mismo tiempo que sus compañeros. El profesor puede estar en una ciudad o en otro pueblo, y contestando las dudas del alumno como si estuviese con él.

En sanidad: Cuando es necesario que un médico, u otro profesional sanitario, atienda al paciente en su problema de salud, esto puede realizarse de manera presencial, pero también se están habilitando cada vez más otras vías virtuales de comunicación.

Por ejemplo, mediante sistemas de videoconferencia o mediante comunicación remota entre los profesionales de atención primaria con los médicos especialistas para consultas de derivación o interconsulta concretas.

Del mismo modo el acceso a la Historia Clínica Electrónica posibilita la consulta en el ámbito rural de las pruebas diagnósticas de atención especializada que el paciente tiene que acudir a realizarse a su hospital de referencia, como por ejemplo, pruebas de radiodiagnóstico, TACs, escáner u otro tipo de pruebas más especializadas.

Aunque la medicina sigue avanzando y, con los medios técnicos adecuados, ya es posible dar remotamente ciertos servicios específicos más especializados, como la tele-dermatología o la telemonitorización de constantes.

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Para la prestación de otros servicios públicos, la tecnología también puede ser una ayuda en mayor o menor media.

Por ejemplo, en aquellos servicios que impliquen gestión de flotas, como puede ser el transporte público o la recogida de basuras, el ahorro de costes y eficiencia en entornos rurales puede ser elevado.

Del mismo modo las nuevas tecnologías se pueden utilizar para mejorar la eficiencia de servicios como la luz, el agua, la recogida de basuras o el alcantarillado, entre otras.

En el caso de los servicios privados la tecnología puede ayudar a dar viabilidad a servicios que de otra forma no lo serían, sobre todo porque se hace imprescindible el uso de transporte de forma que el negocio privado pueda dar servicio a un conjunto de población mínimo que haga viable su rentabilidad.

Esto puede ser para servicios bancarios, farmacéuticos, alimentación, correos, talleres de reparaciones, etc., e incluso pueden agruparse servicios de forma que se consiga la máxima optimización del servicio y la reducción de costes.

Adicionalmente, existen cada vez más servicios privados que pueden contratarse y obtenerse, requiriéndose simplemente de una conexión a una red de telecomunicaciones móvil o de banda ancha moderna, como servicios de ocio, televisión, suscripción a contenidos, vigilancia privada (con o sin video), compras on-line, servicios bancarios on-line o diversos servicios administrativos, entre otros.

Aunque sigue siendo complicado dar el 100 % de servicios de una ciudad en el entorno rural, la tecnología de telecomunicaciones y las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) cada vez hacen más posible lo imposible.