La familia del Guardia Civil apuñalado hasta en 14 ocasiones en plena calle el pasado uno de mayo en Huesca habría decidido volver a vivir en uno de los pisos habilitados como viviendas para guardias civiles dentro de las instalaciones de la Comandancia de la capital oscense.


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Según fuentes consultadas por HOY ARAGÓN, la puesta en libertad de dos vecinos de la familia, detenidos por ser presuntos incitadores del hecho podría haber influido en esta decisión. También la denuncia que en su día interpusieron a otros por molestias y ruidos podría haber tenido que ver en su inminente regreso al cuartel, donde hace años ya residieron.

Las mismas fuentes han explicado que la mujer del guardia de tráfico agredido se encuentra realizando las gestiones oportunas y la idea es volver a vivir en un piso dentro de las instalaciones de la Comandancia  cuando su marido sea dado de alta.

Por otro lado, HOY ARAGÓN también ha podido saber que el guardia agredido evoluciona favorable e incluso se le ha retirado la intubación que tenía puesta para poder respirar tras las lesiones en la tráquea producidas por cuatro puñaladas que recibió en esa zona del cuello.


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Otra de las heridas en el ataque fue su hija, con quien paseaba aquella tarde y que tras recibir varios puntos en las heridas que recibió al defender a su padre se encuentra bien, intentando superar secuelas psicológicas producidas por aquel sorpresivo  ataque.

Mientras, el agresor, también guardia civil, continúa en prisión preventiva por decisión del juez en el Centro Penitenciario de Zuera.