“Después de quitárselo estuve como media hora temblando”. Así lo cuenta el protagonista de esta historia, que se armó de valor y evitó males mayores. Sucedió el pasado domingo en la sala de urgencias del Hospital Royo Villanova. Un hombre entraba con aparente calma y portando una bolsa; nada hacía sospechar lo que iba a suceder minutos después.


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“Estaba apoyado en una esquina, tranquilo, mirando el móvil mientras dejaba la bolsa que llevaba en una de las sillas de la sala de espera a triaje, donde se ve la urgencia de la visita”, recuerda este médico de urgencias mientras explica a HOY ARAGÓN que se acercó a él para preguntarle cómo se encontraba.

“La enfermera de triaje vio algo raro y me lo dijo, así que me acerqué para saber porque venía a urgencias. Me dijo que había bebido alcohol y tomado cocaína y que necesitaba que le ingresásemos”.

LE QUITÓ EL CUCHILLO SIN PENSAR

En ese momento el hombre abrió la bolsa que llevaba y enseño al facultativo un cuchillo de grandes dimensiones. “Al verlo y sin pensarlo le arrebate la bolsa con el cuchillo en su interior y le pedí que estuviese tranquilo mientras intentaba mantenerlo a distancia estirando mi otro brazo”, recuerda este médico.

El paciente, según testigos presenciales, comenzó a gritar pidiendo que le devolviesen su bolsa, mientras se originó un cierto revuelo entre el resto de los pacientes que se encontraban allí en ese momento y los sanitarios.

“Le dije que iba a llamar a la policía y al ver que la gente se acercaba se tranquilizó y se quedó sentado hasta que llegaron los agentes y se lo llevaron”, explica este valiente médico.

Él mismo, al preguntarle por su reacción, no sabe qué respondernos. “Lo hice, y después estuve más de media hora temblando. Luego lo piensas en frío y te das cuenta del riesgo que puedes llegar a correr”, admite.

El año pasado, según el último informe sobre agresiones a profesionales del Servicio Aragonés de Salud, se notificaron 294 agresiones a profesionales, 47 más que el año anterior. La mayoría de las víctimas son mujeres de edades comprendidas entre 35 y 55 años, y la mayoría de las agresiones se producen en consultas y en urgencias.