El Teatro Pignatelli de Zaragoza fue un teatro de verano que si estuviera en pie a día de hoy sería uno de los reclamos turísticos más cotizados de la ciudad. Un espacio teatral construido por el arquitecto municipal Félix Navarro; y llamado Pignatelli, se situaba al final del actual Paseo Independencia, cerca ya de la Plaza Aragón, en la zona de los edificios del actual Correos y Telefónica. Precisamente donde ahora Primark quiere levantar una mega tienda.

Era un teatro de verano que se inauguró el 14 de agosto del año 1878. Su construcción dedicada para actuaciones esporádicas fue capaz de aguantar 36 años pese a que nunca estuvo diseñado para más de 5 años. Su construcción se realizó en solo 6 meses, un récord para aquellos tiempos de finales del siglo XIX.

El arquitecto fue el mismo que hizo el Mercado Central, el Palacio Larrinaga o la fábrica de Galletas Patria, además del edificio de la antigua Escuela de Artes de la Plaza Los Sitios. Un portento de la arquitectura que cambió la fisionomía de la ciudad.

La primera sesión estuvo compuesta por la Obertura Guillermo Tell, la obra dramática ‘Un drama nuevo’ y la obra cómica ‘Las cuatro esquinas’. Su aforo rondaba las 2.000 butacas y su interior estaba diseñado con las típicas columnas de hierro de la arquitectura de Félix Navarro.

El teatro se dividía en la zona del escenario y los servicios, de planta rectangular; y el espacio para los espectadores en forma de herradura en el interior y exterior poligonal. El jardín cumplía la función de vestíbulo. Por entonces lo rodeaba el río Huerva y una zona de huertas. En la cara a la Plaza Santa Engracia una terraza salvaba el desnivel con el Paseo Independencia. En el proyecto inicial estaban previstas tres esculturas de las artes escénicas, que no llegaron a colocarse.

Cerró definitivamente tras las Fiestas del Pilar del año 1914, al ir perdiendo espectadores por la propia competencia y por la pérdida de calidad de sus instalaciones que necesitaban una reforma urgente. El urbanismo que buscaba hacer crecer la ciudad y dar al centro mayor relevancia en la edificabilidad con grandes estructuras terminó por darle la puntilla al teatro.