¿Quién no recuerda la vista del casco histórico de Tarazona desde la ribera del río Queiles? Esa imagen, con el caserío, la torre de la iglesia de la Magdalena o el palacio episcopal de esta ciudad situada a los pies del Moncayo, es de las que se te queda en el recuerdo para siempre. El Queiles a su paso por esta ciudad del oeste de Aragón no es que tenga un caudal demasiado elevado.

Sobre todo, si tenemos en cuenta que el manantial donde nace el río Queiles es el segundo más caudaloso de toda Europa. En pocos lugares del Viejo Continente la tierra expulsa el agua con esa fuerza y vitalidad. Y ahora en primavera, todavía más.

EL NACIMIENTO DEL RÍO QUEILES EN VOZMEDIANO

Aunque riega tierras aragonesas, el río Queiles nace realmente un poco más allá de nuestra frontera: concretamente, nace en la localidad de Vozmediano. Ya lo dice el dicho, ‘Moncayo ladrón, que manas en Castilla y riegas Aragón’.

El nacimiento de este río, que desemboca en el Ebro en la localidad navarra de Tudela, es un espectáculo de la naturaleza. Vozmediano está a los pies del Moncayo, casi a 1.400 metros de diferencia de la cumbre y de las nieves de esta icónica cima. Y eso es lo que provoca que el agua que se filtra en las laderas del Moncayo, y de las sierras del tablado y del Toranzo, caiga por gravedad, rellenando el acuífero del que brota a borbotones con una fuerza que asombra y sorprende.

El Queiles nace en tierras sorianas, aunque pronto se adentra en Aragón / Diego Delso

Así, de ese manantial brotan unos 1.500 litros de agua cristalina cada segundo en medio de un sonido atronador. Una cifra bárbara que permitiría llenar una piscina olímpica en media hora. En los momentos más espectaculares y tras un año de nieves y lluvias, pueden llegar a brotar más de 2.000 litros por segundo. El flujo del manantial depende mucho de la riqueza hidrográfica del Moncayo, y por eso, hay temporadas que desaparece, y otras que vuelve a aparecer.

Para llegar allí, se puede acceder por la carretera que va hasta la falta del Moncayo, exactamente hasta Agramonte. Y desde allí, puedes tomar la carretera en dirección a Castilla y León, hasta que nos topemos con Vozmediano.

El manantial, conocido como fuente Vauciasiana, se sitúa dentro del Camino Natural del Agua Soriano, al que se puede acceder desde el propio Vozmediano mediante un rápido paseo por una pista de tierra bien indicada y que no tiene pérdida, entre pinos, robles, encinas y chopos.

Pocos paseos así de cómodos tienen una recompensa tan espectacular. El camino va en todo momento en paralelo a las aguas del río, con zonas que se han vallado para hacer la ruta más cómoda. Y es ideal para hacer con niños.

Tras salir con fuerza, las aguas transparentes descienden por una pendiente natural muy pronunciada que en tiempos pasados hacían funcionar dos molinos harineros, además de cuatro centrales hidroeléctricas, de las que dos todavía siguen funcionando.

SIGUIENDO EL CURSO DEL QUEILES

Al margen del nacimiento del Queiles, Vozmediano también merece una visita. Esta localidad fue conquistada en el siglo XII por Alfonso I de Aragón, y hasta que se establecieron las fronteras en 1437, fue escenario de continuas disputas entre Castilla y Aragón, siendo ocupado por uno y otro reino sin solución de continuidad.

Testigo de ese tiempo en el que Vozmediano fue escenario de batallas entre vecinos, hay una impresionante fortaleza de doble recinto. Una fortaleza que hunde sus raíces en tiempos romanos y árabes, antes de ser castillo cristiano desde el siglo XII, y en el que destaca la torre del homenaje. Además, desde allí se pueden disfrutar de unas vistas excepcionales del Moncayo.

Desde allí, y siguiendo el curso del Queiles, podemos dirigirnos hacia Ágreda, para disfrutar de su rico patrimonio, y ya hacia tierras aragonesas. para visitar Los Fallos, con la espectacular pared rocosa que podemos ver en el entorno del pueblo, y el embalse del Val, donde se almacena el agua del río Val y del Queiles.

Desde Los Fayos podemos encaminarnos hacia Torrellas, con la Iglesia parroquial de San Martín de Tours que conserva el cuerpo inferior de la antigua mezquita, la plaza mayor, con la fachada de la que fue residencia de los Duques de Villahermosa, o el Centro de Interpretación La Huella del Islam.

La siguiente parada será Tarazona, para descubrir su hermosa catedral, visitar el casco antiguo, con la espléndida fachada renacentista del Ayuntamiento, o las calles del barrio de la Judería. Y de allí, podemos dirigirnos hacia Novallas (con su castillo, o la iglesia parroquial de San Marcial), y Malón, donde se puede visitar la iglesia de San Vicente Mártir, el Palacio de los Irazoqui, o el Mirador del Queiles-Museo del Agua de Malón, un edificio diseñado por el arquitecto Alejandro Rincón situado en la zona superior del Castillo, antiguo Patio de Armas, y que alberga una exposición permanente sobre el río Queiles y Malón. Para visitarlo, hay que llamar previamente al ayuntamiento para que lo abran.