En 1620, el aragonés Juan Pablo Bonet publicó el manual  ‘Reducción de las letras y arte para enseñar a hablar a los mudos’, un tratado que se convirtió en la primera obra de este tipo editada en todo el mundo y que sentó las bases de la de la sistematización de la comunicación oral como modelo de educación de las personas con déficit auditivo. Cuatro siglos después, y una vez que se han podido flexibilizar las restricciones por el Covid, su localidad natal, la Diputación Provincial de Zaragoza y la Institución Fernando el Católico conmemoran aquel hito histórico con diversas iniciativas para reivindicar y recuperar la figura y el legado de este aragonés que todavía no goza del reconocimiento que merecen sus logros.

Entre las iniciativas organizadas destacan una exposición y unas jornadas divulgativas en Torres de Berrellén; la compra por parte de la Diputación de Zaragoza de uno de los ejemplares originales de la primera edición del libro ‘Reducción de las letras y arte para enseñar a hablar a los mudos’; la reedición de ese manual en formato facsímil; y la publicación de un libro de la Institución Fernando el Católico en el que han colaborado distintos especialistas y que ofrece la más completa visión hasta la fecha sobre Bonet y sobre su obra.

«Queremos rememorar aquel hito histórico. Nuestro objetivo es reivindicar la figura de Juan Pablo Bonet, nuestro vecino más ilustre, y darle el valor que merece en la historia porque no se ha conocido lo suficiente», ha destacado la alcaldesa de Torres de Berrellén y diputada provincial de Archivos y Bibliotecas, Mercedes Trébol. «Fue una figura trascendental para los sordos, que estableció un método completo en el que las manos no solo signaran sino que hablaran y que merece que se le conozca», ha añadido trébol.

EL LIBRO QUE CAMBIÓ LA HISTORIA

‘Reducción de las letras y arte para enseñar a hablar a los mudos’ marcó un hito mundial en su ámbito de estudio, un novedoso y original manual en el que Bonet hizo una importantísima aportación pedagógica y metodológica que consiguió abrir nuevos caminos en la enseñanza de los sordos, contribuyendo a la apertura de escuelas especializadas. En el manual, Bonet dio cuenta de sus avanzadas nociones proponiendo diferentes metodologías que mejorasen la vida de estas personas, como por ejemplo cómo articular sonidos, vocalizar o cómo diferenciar las letras. Fue una publicación excepcional por la temática y por el momento de su publicación, ya que no había sido editado textos alguno que abordase propuestas completas sobre cómo enseñar a hablar a los sordos.

Juan Pablo Bonet volcó en este manual su rico saber en pedagogía y metodología, fruto de su gran preparación, muy avanzada para la época y con mucha visión. Escribió el libro basándose en la reflexión, observación y el análisis de situaciones. Lo común en aquella época era editar 1.500 ejemplares de cada obra, por lo que se cree que esa fue la cifra de manuales que se publicaron. Bonet difícilmente imaginó que, transcurridos varios siglos de su publicación, el manual sería traducido al alemán, al inglés, al francés, al italiano y al húngaro.

Bonet entendió que al mudo había que hacerle entender algunas nociones básicas para la organización y construcción de las frases sin las cuales la comunicación no sería posible. Consideró que las partes de la oración podían reducirse a tres: nombre, verbo y la conjunción, cuyas partículas servían para unir el verbo y el sujeto.

«Este es el único ejemplar que tenemos en Aragón, por lo que es un orgullo haberlo podido adquirir y que forme parte de la biblioteca de la institución provincial», ha resaltado por su parte el archivero de la Diputación de Zaragoza Paco Zaragoza.

Juan Pablo Bonet nació en Torres de Berrellén en 1573 según algunos autores, según otros nació en 1579. Pudo estudiar hasta los 14 o 15 años en una academia de gramática, en el colegio de los Jesuitas en Madrid o en Zaragoza. Después, es probable que cursara estudios en la Universidad de Zaragoza. Su sólida formación le permitió desempeñar diferentes empleos para la administración del Estado y trabajar para diferentes casas nobiliarias no solo en España sino en ciudades como Roma o Milán. Llegó a ser secretario del II marqués de Ardales, gobernador y capitán general de la posesión española de Orán, en el norte de África. En 1622 fue nombrado secretario del rey y en 1626 ejerció una importante labor de mediación en las Cortes de Aragón al servicio de los intereses de la corona.

Bonet estudió lenguas, lo que le permitió establecer esas relaciones. Durante un tiempo estuvo al servicio de Juan Fernández de Velasco, condestable de Castilla. Este tenía un hijo sordo, de nombre Luis, que no sabía hablar. En él se inspiró Bonet para escribir su libro y gracias a eso aprendió a leer, a escribir y a emitir sonidos.

UN EJEMPLAR EN LA DPZ

Cuatro siglos después de la publicación de ‘Reducción de las letras y arte para enseñar a hablar a los mudos’, la Diputación de Zaragoza ha conseguido adquirir uno de esos ejemplares originales. Pertenecía a un prestigioso librero de Madrid especialista en libros antiguos con quien se logró contactar después de un proceso de búsqueda que permitió dar con la obra.

El ejemplar adquirido presenta un buen estado de conservación y ya ha sido depositado en la biblioteca de la Diputación de Zaragoza, lo que significa que Aragón cuenta por fin con uno de los libros de la primera edición del manual (hasta ahora no había ninguno en la Comunidad).