El Área de Urbanismo y Equipamientos del Ayuntamiento de Zaragoza ha decretado la paralización de las obras en curso tanto en el interior, como en el exterior del local situado en la calle de Alfonso I, 25, la conocida como antigua Joyería Aladrén y en el que estuvo situado el conocido Café Zaragoza.

Esta orden, junto a la medida cautelar del precintado, se ha realizado tras constatar, por parte de los funcionarios municipales, la eliminación de elementos protegidos de la fachada, como los carteles de la joyería y el farol de iluminación ubicado sobre la puerta de acceso al local, según ha informado el consistorio en una nota de prensa.

En concreto, el precintado de la actividad se ha realizado por la Policía Local para evitar la ejecución de las obras en el interior del local, así como la protección de los elementos catalogados y la vigilancia de los elementos exteriores.

Asimismo, Urbanismo ha advertido a los arrendatarios que ejecutan la obra de la tipificación de la infracción urbanística cometida como grave, correspondiéndole una sanción de entre 6.000 y 60.000 euros.

Toda esta información se ha trasladado al Ministerio Fiscal ante los indicios de delito contra el patrimonio cultural, tipificados en el artículo 323 del Código Penal. Asimismo, todos estos hechos serán puestos en conocimiento de la Dirección General del Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón para que tome las medidas que estime pertinentes.

UN EXPOLIO

Esta decisión del Servicio de Disciplina Urbanística del Área de Urbanismo ha sido provocada tras la denuncia formulada por el dueño del local ante la Gerencia de Urbanismo. Ante este hecho, los técnicos municipales del Servicio de Inspección Urbanística y del Servicio de Patrimonio Histórico-Artístico se personaron in situ, junto a la Policía Local, en el local situado en la calle de Alfonso I, 25.

El dueño instó a inspeccionar el local debido a la presunta sustracción de elementos patrimoniales catalogados por el Gobierno de Aragón como Bienes Catalogados del Patrimonio Cultural Aragonés, y que enmarca al local en categoría comercial A y de interés arquitectónico en el Plan General de Ordenación Urbana de Zaragoza.

En dicha inspección, se manifestó que los arrendatarios del local «habían realizado un expolio de distintos elementos protegidos de la fachada, los carteles de la joyería y el farol de iluminación de encima de la puerta de acceso al local».

Asimismo, tal y como recoge el informe de inspección urbanística emitido, «el dueño del local manifiesta que hay testigos presenciales que han visto y oído los daños que se estaba produciendo en distintos elementos catalogados del interior, como el mostrador, donde se actuaba, según indicaban, con mazos y radiales».

No obstante, el dueño manifestó a los técnicos municipales y a la Policía Local allí personada que se había interpuesto una denuncia en los juzgados y no tenía permitido el acceso al interior del local hasta que se extinga la relación arrendaticia. Por ello, ante la imposibilidad de acceder dentro, los servicios municipales constataron por el momento las actuaciones exteriores con la pérdida de patrimonio catalogado de la fachada.

«NO LO VAMOS A PERMITIR»

El consejero de Urbanismo y Equipamientos del Ayuntamiento de Zaragoza, Víctor Serrano, ha esgrimido que desde el consistorio «no estamos dispuestos bajo ningún concepto a permitir que se destruya nuestro patrimonio histórico y vamos a ser absolutamente contundentes a la hora de perseguir y de denunciar ante las autoridades fiscales y judiciales correspondientes todos estos hechos».

«Vamos a ser inflexibles», como lo demuestra el traslado a la Fiscalía de estos hechos por si constituyen un delito contra el patrimonio cultural de los que vienen tipificados en el artículo 323 del Código Penal, ha añadido.

El consejero de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Víctor Serrano / AZ

El consejero municipal ha enfatizado que van a cumplir «estrictamente» las normas urbanísticas que proteger el patrimonio histórico y poner estos hechos en conocimiento de los juzgados y de la Fiscalía porque se trata de velar «por la memoria de nuestra ciudad» y su historia.

Serrano ha aclarado que todavía no se ha podido entrar al interior del inmueble y «esa es otra de las razones por las cuales hemos acudido a solicitar el auxilio judicial porque queremos saber qué daños se han podido producir en el interior del local».