Alcañiz es arte, es cultura, es Semana Santa… Alcañiz es Bajo Aragón, con todo lo que conlleva. Bañada por el río Guadalope, la capital del Bajo Aragón histórico es la segunda ciudad más importante de la provincia de Teruel. Y aunque ahora Alcañiz es famosa por las carreras y por Motorland, lo cierto es que esta ciudad, coronada por el castillo de la Orden de Calatrava, guarda un rico patrimonio, fiel reflejo de su rica historia.

Aunque hay vestigios íberos en el entorno de Alcañiz, la ubicación de la actual ciudad hunde sus raíces en la época musulmana. De hecho, su nombre proviene del árabe, probablemente de al-qannis, que significa «las cañas o cañizos». Tras su incorporación al Reino de Aragón, el monarca Alfonso II marcará el futuro de la ciudad, al ceder en 1179 el castillo de Alcañiz a la orden de los Calatrava. Una orden que será clave en la evolución urbana de la ciudad en la Edad Media, hasta que en el siglo XV sea el concejo de Alcañiz quien comience a ser el poder preponderante en la ciudad, y en todo el Bajo Aragón. Así, la ciudad pasó de ser una villa medieval militar a una hermosa ciudad renacentista.

QUÉ VER EN ALCAÑIZ

La lonja y la ex-colegiata, dos de los principales monumentos de Alcañiz / Turismo de Aragón

Para empezar nuestra ruta por Alcañiz, no podíamos hacerlo en otro sitio que no fuera una de las plazas más bellas y espectaculares de todo Aragón: la plaza de España. Este espacio urbano está enmarcado por dos de los edificios más bellas de la capital de Bajo Aragón: el ayuntamiento y la Lonja.

El edificio del Ayuntamiento de Alcañiz, construido en el siglo XVI, es un magnífico ejemplo de la arquitectura renacentista aragonesa. Su construcción es reflejo de una época de esplendor de la ciudad, y sobre todo, del deseo de convertirla en un símbolo del poder municipal frente al poder señorial de la Orden de Calatrava. Al lado, destaca el edificio gótico de la Lonja con sus tres grandes arcos de la fachada. Este edificio se construyó para acoger las transacciones mercantiles, y se inspiraba en las loggias quatrocentistas, con claras influencias del gótico levantino.

El espacio urbano de la Plaza de España lo termina la iglesia de Santa María la Mayor. Colegiata desde 1407 a 1851, este templo llama la atención por su imponente fachada de aires barrocos que tiene unas dimensiones casi catedralicias. La ex colegiata fue obra de Domingo de Yarza, quien también intervino en la construcción de la Basílica del Pilar en Zaragoza. También hay que visitar su torre gótica, conocida como la Torre de la Concordia. Esta torre es el único resto que queda de la antigua iglesia gótica sobre la que se edificó el actual templo. Un templo que lamentablemente, perdió gran parte de los retablos y de la decoración interior durante la Guerra Civil.

Sin abandonar la plaza de España, también podemos visitar los pasadizos medievales que se sitúan bajo la oficina de turismo, fiel reflejo del pasado medieval de la ciudad de la red que recorre todo el subsuelo de su casco histórico.

A este espacio subterráneo se accede por una estrecha escalera totalmente excavada en la roca. Desde esta bodega de planta rectangular parten dos estrechos pasadizos, uno en dirección Calle Mayor y otro en dirección a la nevera medieval que está situada en los bajos de la Plaza de España, en la que se debía guardarse durante todo el año la nieve y el hielo del invierno para la conservación de alimentos o sanitarios.

El subsuelo de Alcañiz está repleto de pasadizos subterráneos / Turismo de Aragóm

En el casco urbano también podemos visitar iglesias como la de los Escolapios, del Carmen y San Francisco, o ejemplos de la arquitectura civil, con grandes palacios de estilo aragonés, la mayoría concentrados en la calle Mayor y en la calle Santa Pau. En el ámbito de la arquitectura palaciega, destacan el Palacio Ardid (ahora es una biblioteca y archivo municipal), o Casa Maynar, sede de la Comarca del Bajo Aragón. Aquí, no puedes dejar de visitar su patio de estilo renacentista.

En la cima de la ciudad , situado sobre el cerro de Pui Pinos y dominando el caserío y las vistas de kilómetros a la redonda, se irgue orgulloso el Castillo de los Calatravos, en la actualidad, reconvertido en Parador Nacional. Desde esta fortaleza, los calatravos impusieron su poder durante siglos, tal y como sucedió en amplias zonas del Bajo Aragón o del Maestrazgo.

El castillo de los Calatravos domina la ciudad / Turismo de Aragón

En el interior de sus muros podrás descubrir su claustro progótico, la capilla románica, o el conjunto de la torre del Homenaje. El castillo de Alcañiz también conserva uno de los conjuntos de pintura mural más interesantes de Aragón. Datan del siglo XIV, y tienen una singularidad: gran parte de sus pinturas son de temática civil, algo poco visto en la pintura mural española de la época gótica. Dentro del castillo, también hay que visitar el Palacio de los Comendadores, creado por el infante don Felipe en el siglo XVIII, donde se sitúa el Parador Nacional.

Para acabar con esta selección de imprescindibles en Alcañiz (y aunque nos hemos dejado algunas cosas en el tintero), no podemos olvidarnos de realizar una visita a La Estanca, una hoya natural de unos 6 kilómetros que recibe las aguas del río Guadalope mediante un canal de 25 kilómetros, y que embalsa 11 millones de metros cúbicos.