Imagina por un momento que la Corona de Aragón hubiera pervivido al paso de los siglos, en una realidad paralela. Hoy, si en el devenir de los años se hubieran mantenido todos los territorios que un día fueron gobernados por la Casa de los Aragón, podríamos viajar con pasaporte aragonés a territorios entre la costa peninsular y los lejanos ducados de Atenas y Neopatria.


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Hoy, aprovechando que estamos en verano, y por si todavía estáis haciendo planes para iros de vacaciones, queremos proponeros recorrer tres de esos territorios que un día fueron aragoneses, y que están llenos de planes para disfrutar de unos días de asueto disfrutando de la cultura y de la arquitectura mediterránea.

NÁPOLES

Corona de Aragón

El Castel Nuovo es uno de los grandes monumentos de Nápoles / HA

Nápoles, incorporada a la Corona aragonesa en pleno Renacimiento, era una ciudad floreciente en la que las artes y las letras brillaban con luz propia gracias al clima cultural y humanista que promovió el monarca aragonés Alfonso El Magnánimo.

De aquella época, nos quedan maravillas como el esplendoroso arco triunfal del Castel Nuovo, en el que se reproducía de forma exquisita la entrada triunfal del rey aragonés tras conquistar la ciudad. También podemos ver la iglesia de Monteoliveto o Santa Ana Dei Lombardi (fundada en 1411, es uno de los edificios  monumentales más importantes de la Nápoles aragonesa)


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En el palacio real, en la plaza del Plesbicito, podemos ver en su exterior estatuas dedicadas a los reyes napolitanos más importantes, además de los emblemas de Aragón, con la cruz de San Jorge, o el escudo con las barras de los Aragón. Pero además de la huella aragonesa, no podemos dejar de visitar iconos de Nápoles como la preciosa Galleria Umberto I, la zona del Spaccanapoli (donde encontraremos el Duomo, la Basílica di San Domenico Maggiore o Piazza del Gesú), o el Teatro de San Carlos, creado en 1737, y uno de los más importantes del mundo.

Pompeya

Las excavaciones de Pompeya las inició un zaragozano / HA

Pero además, y ya que estamos en Nápoles, podemos acercarnos hasta la deliciosa isla de Capri. Porque allí, además de disfrutar de sus costas y paisajes de esta isla que ya era destino vacacional en época romana, en la localidad de Anacapri podremos visitar la Casa Rossa (o Casa Roja), un edificio rojo que rodea la Torre Aragonesa, construida en el siglo XV. Y además, también puedes acercarte hasta Pompeya para conocer las ruinas de esta antigua ciudad romana que fue sepultada por las cenizas del Vesubio en el año 79, y cuyas ruinas fueron descubiertas, junto a las de Herculano y Estabia, por un zaragozano en el siglo XVIII: el ingeniero militar Roque Joaquín de Alcubierre, que estaba a las órdenes del monarca Carlos III.

SICILIA

Qué ver en Sicilia

Sicilia esconde un gran patrimonio / HA

Sicilia fue parte de la Corona de Aragón desde el siglo XIII. Y es una isla fascinante y llena de contrastes que bien merece una visita para conocer todos los tesoros que esconde. Entre los lugares que hay que visitar sí o sí, destaca por ejemplo el increíble teatro griego de Taormina, con el azul del mar y el Etna como telón de fondo…


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También hay que visitar el valle de los templos, un recinto arqueológico situado en Agrigento que reúne una docena de templos griegos restaurados por los romanos. Entre ellos, destaca el templo de la Concordia, conservado casi intacto, y protagonista de miles de postales y de fotografías en redes.

En la nómina de ciudades a visitar, no hay que perderse Catania (allí está la conocida fontana del Elefante), Ragusa, con el Duomo de San Giorgio, Siracusa, con su catedral o el teatro romano o la Piazza Duomoo Palermo, con la capilla Palatina, las iglesias vecinas de la Martorana y de San Cataldo, la catedral de Monreale, la iglesia del Gesú, la piazza Pretoria con su fuente circular, o el teatro Massimo.

MALTA

La Valetta

En La Valetta encontrarás la huella de Aragón / HA

Malta en la actualidad es uno de los estados miembros de la Unión Europea. Pero su pasado está muy ligado a la Corona de Aragón y a las órdenes militares. De hecho, el dominio aragonés de la isla se extendió durante más de 200 años. En Malta puede disfrutarse del ambiente de la capital, La Valletta, una ciudad barroca llena de iglesias y palacios con importantes fortificaciones e imponentes murallas de piedra, fieles testigos del pasado militar de la isla.

La ciudad amurallada de Mdina esconde calles repletas de palacios e iglesias del siglo XV, y como curiosidad, allí se rodó la serie Juego de Tronos. Y tampoco hay que perderse las playas y las aguas turquesas que rodean a esta isla, el Hipogeo de Hal Saflieni (el único templo subterráneo que se conserva en la actualidad y que data, aproximadamente, del año 2500 a.C), o la Gruta Azul, una serie de cuevas marinas, que se pueden visitar sobre barquitas típicas de los pescadores de la zona.


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Y si buscas la huella de Aragón en Malta, no puedes dejar de visitar el Albergue de Aragón (la Orden de San Juan construyó albergues o residencias nacionales, pertenecientes a las distintas lenguas que formaban parte de esta orden militar). En el caso del Albergue de Aragón, fue construido en 1571, y en la actualidad es la sede de un ministerio del gobierno de Malta. Al lado del albergue también hay una iglesia construida en 1670 dedicada a la Virgen del Pilar. Además, en la catedral de San Juan, en la capilla de la lengua de Aragón hay un cuadro de San Jorge matando al Dragón. Y San Lorenzo, patrón de Huesca, también está presente en esta capilla.