Zaragoza no es ciudad de pasajes comerciales. De hecho, la mayor parte de los pasajes comerciales sobreviven a duras penas en las calles de nuestra ciudad, recordando épocas pasadas en los que sí que estaban llenos de tiendas y de compradores.


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Ahora, en general, los pasajes comerciales de Zaragoza languidecen en espera de tiempos mejores, salvo honrosas excepciones, como el Pasaje del Ciclón (recuperado tras décadas de abandono con locales de restauración como el Café Botánico), o el Pasaje Argensola, prácticamente ocupado por locales de restauración. Muy diferente es el caso de otros pasajes comerciales como el Pasaje Palafox, o el Centro Comercial Independencia, más conocido por todos como El Caracol.

EL PASAJE PALAFOX: DEL ÉXITO AL ABANDONO ABSOLUTO

Pasaje Palafox

El pasaje estaba llena de pequeñas boutiques / Rafael Castillejo

El Pasaje Palafox, situado en pleno centro de Zaragoza entre el Paseo de la Independencia y Cinco de Marzo, no se parece en absoluto al pasaje de décadas pasadas. El origen de este pasaje, propiedad de Zaragoza Urbana, se sitúa en un complejo que comenzaron a levantar en 1952 los arquitectos José de Yarza y Teodoro Ríos. El pasaje forma un interesante conjunto que fue vanguardia en la época, al aglutinar unas galerías comerciales, el hotel Goya, los Cines Palafox y Rex, y un edificio de viviendas.

En tiempos, el Pasaje albergaba a algunas de las mejores tiendas de la ciudad, además de cafeterías y hasta un local de apuestas. Las personas que lo conocieron cuando era un lugar de moda afirman que en determinadas épocas y días, costaba caminar por su interior de la cantidad de gente que lo transitaba. La Navidad era una época especial, con miles de bombillas inundando los techos del Pasaje. De hecho, viendo imágenes antiguas, había más bombillas solo en el Pasaje, que en toda la ciudad en las navidades de la pasada Legislatura.

El Pasaje lucía una decoración espectacular en Navidad / AZ

Pero tras esos años de esplendor, el Pasaje cayó en la decadencia más absoluta con un cierre continuo de locales, que desembocó en la clausura de la última tienda que resistía, Guante Varadé, en 2014. Desde entonces, las rayas verticales en color vainilla y chocolate que cierran los locales y la luz de los fluorescentes son los únicos protagonistas de esta galería que sigue esperando tiempos mejores.

En la década pasada, había noticias que decían que en 2016 el pasaje recuperaría su brillo. Y en 2017, también hay noticias que afirmaban que Zaragoza Urbana había obtenido el permiso de obras para transformar el pasaje, dedicando la planta calle a comercio, mientras que la planta sótano se pensaba dedicar a locales de ocio y restauración.

Pero cinco años después, no hay noticia alguna de esa posible reforma que devolviera el esplendor a este icónico pasaje zaragozano. Por suerte, los Cines Palafox no han pasado a la lista de cines desaparecidos de Zaragoza, ya que fueron reconvertidos hace varios años en unos modernos multicines uniendo el Cine Rex, manteniendo tanto el hall como la sala principal del viejo Palafox.

EL CARACOL

El Caracol

La estructura circular da nombre al Caracol / CCI

El Centro Comercial Independencia, más conocido como El Caracol, fue el primer centro comercial urbano construido en Zaragoza. Construido en 1985, en el solar que hoy ocupan estas galerías comerciales se situaban hasta 1979 los cines Avenida y Actualidades. En el momento de su apertura, El Caracol, (famoso por su estructura en torno a una rampa que gira en espiral), fue un éxito de público.

De hecho, desde 1985 y hasta finales de los años 90, este centro comercial con salidas a Paseo Independencia, calle Cádiz y Marcelino Isabal, estuvo alquilado prácticamente al 100%. En sus momentos de esplendor, el centro era un hervidero de gente de todas las edades. Desde gente que iba de compras, a adolescentes que acudían a los salones recreativos, o gente joven que iba al pub El Zorro. También era frecuente ir a los Cines Aragón, unos multicines de 3 salas en la entrada desde la calle Cádiz que cerraron hace años, y cuyo local sigue vacío desde entonces.

El Caracol

El Caracol fue un referente comercial tras su inauguración en los años 80 / CCI

Poco queda de esa vida de entonces. Entre la llegada de los nuevos centros comerciales de la periferia, o las obras del tranvía, el centro comercial ha ido perdiendo fuelle. Tampoco le favorece que cada local tenga un propietario diferente, lo que dificulta sin duda la gestión. En ese proceso de decadencia, desaparecieron las escaleras mecánicas que comunicaban las plantas y que fueron sustituidas por escaleras metálicas.

Y también desaparecieron muchas de las tiendas que daban vida a las rampas y a los pasillos del centro. Porque aunque el centro todavía cuenta con un importante porcentaje de locales ocupados, ahora, la vida ahora que se cumplen casi cuatro décadas de su inauguración se concentra en los pasillos de de acceso, y en la rampa que articula el complejo. En los pasillos sin salida, la actividad ha desaparecido por completo.


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Entre los locales de más éxito, además de la heladería de Los Italianos que se sitúa en el acceso desde Independencia, destacan las oficinas de Avanza del transporte urbano, o el centro privado médico privado situado en el sótano, que ha visto como a causa de la pandemia aumentaba el trasiego de gente en la búsqueda de una prueba Covid. También destaca la cafetería Gavilla, situada en el acceso de Independencia y que es uno de los locales más antiguos del Caracol.