Detrás de La Seo, en el casco antiguo de Zaragoza, se sitúa uno de los principales ejemplos de palacios renacentistas de la ciudad. Se trata del Palacio de don Miguel Donlope y es uno de los secretos mejor guardados de Zaragoza. No solo por su existencia y la riqueza patrimonial de esta construcción, sino también por lo que alberga en su interior. Y es que este edificio, que data del siglo XVI, es actualmente la sede de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza.


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Responde a las siglas RMCZ y es una institución nobiliaria cuyos miembros han ido ejerciendo diversas labores en la ciudad desde su creación en el siglo XII. Desde los tiempos de Alfonso I hasta la visita del rey Felipe VI, el pasado 2019, la entidad ha sido testigo de los principales acontecimientos de la historia de Aragón.

Las dependencias de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza se sitúan en el citado palacio desde 1912, cuando fuera adquirido a la familia Jordán de Urriés, propietaria por aquel entonces. Su nombre, Palacio de Donlope, se debe a quien lo mandara construir, el abogado Miguel Donlope. Es una de las construcciones renacentistas mejor conservadas de la ciudad, y sigue la tendencia que mezclaba los elementos clásicos italianos con otros góticos y mudéjares, propios de la tierra. 

Como resultado, una casa-palacio en la que destaca la rica ornamentación en yeso del patio en el interior y el artesonado de su escalera, así como los techos abovedados de las salas en la planta noble, que mezclan elementos renacentistas y mudéjares. Situada en la calle de Dormer, junto a la plaza Santa Marta, la también llamada Casa Donlope fue, en su momento, uno de los más de 200 palacios renacentistas que se repartían por la ciudad. Tal fue el esplendor económico de la época, allá por el siglo XVI, que Zaragoza era conocida como la Florencia española.

En la actualidad, los resquicios de aquella riqueza todavía se pueden contemplar en primera persona. El Palacio de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza se puede visitar todos los sábados y domingos (excepto en agosto, que está cerrado). El acceso solo está permitido con las visitas guiadas que ofrece Zaragoza Turismo, de 11.00 a 14.00, y cuyas entradas es preferible que se compren a través de internet.


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Los pases empiezan cada 30 minutos y recorren todo el interior de la casa-palacio de Donlope, donde permanecen prácticamente todos sus elementos originales. El recorrido comienza en el patio típico aragonés, donde se explica brevemente la historia del edificio. Subir a la primera planta por la escalera es todo un reto si al mismo tiempo se quiere apreciar la techumbre de madera, una joya mudéjar. Una vez arriba se conocen tres salones, uno de los cuales alberga un tapiz de San Jorge y la leyenda del dragón. Las antiguas cuadras del palacio, hoy recuperadas y ubicadas junto a las bodegas, completan la visita.

Esta es la carta de presentación de una de esas joyas de la Zaragoza desconocida. Un edificio del casco histórico como tantos otros por lo que, a menudo, se pasa sin fijarse. Ahora, ya se sabe qué esconde esa fachada palaciega y noble, de grandes ventanales con arcos de medio punto en las inmediaciones de la plaza de Santa Marta.