En la actualidad, el Ayuntamiento de Zaragoza ocupa un edificio de la Plaza del Pilar que fue construido en los años 60 en un edificio bastante sobrio que intento emular el estilo renacentista aragonés del cercano Palacio de La Lonja. Pero si hubiera salido adelante un proyecto que se fraguó a finales de los años 20, el ayuntamiento de la capital aragonesa tendría un aspecto bien distinto del actual.


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En 1929, el arquitecto Miguel Ángel Navarro presentó a la ciudad el proyecto para construir un nuevo ayuntamiento, tras la petición  que el propio consistorio lanzó a finales de 1921 para que los arquitectos municipales presentaran propuestas. El edificio presentado por Navarro contaba con ese aire impresionante y elegante que tienen muchos ayuntamientos del centro y del norte de Europa.

UN AYUNTAMIENTO MONUMENTAL EN PLAZA DE LOS SITIOS

Ayuntamiento de Zaragoza años 20

El nuevo Ayuntamiento tendría tres torres al estilo de los ayuntamientos del centro y el norte de Europa / Manuel Coyne

El nuevo edificio para alojar a la corporación municipal se levantaría en un solar de propiedad municipal situado en la antigua huerta de Santa Engracia. Concretamente, la plaza Castelar (actual Plaza de los Sitios), entre las calle Joaquín Costa, Mefisto y Mariano Escar, en la zona de nueva expansión de la capital. Tendría más de 5.200 metros cuadrados, y la fachada principal daría al norte. para acoger grades celebraciones, mientras que funcionarios y personal accedería por la parte posterior. El nuevo ayuntamiento estaría situado entre otros grandes edificios, como la Escuela de Artes, el colegio Gascón y Marín, o el Museo de Bellas Artes.

El edificio, de estilo neomudéjar, con notas góticas y renacentistas, y con el ladrillo y la cerámica como protagonistas, se enmarcaba dentro de la corriente ecléctica e historicista de la época. En el proyecto se contaba con tres torres para realzar la majestuosidad del edificio. Una torre, la más alta y dotada con un reloj, estaba situada en el centro. En los laterales, había otros dos torreones simétricos que enmarcaban el que podía haber sido el nuevo ayuntamiento de la capital. En la planta baja, los soportales son los protagonistas de esta zona de la fachada (un elemento que también es protagonista del ayuntamiento de la plaza del Pilar).


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Finalmente, las dificultades económicas provocaron que se suspendiera la ejecución del proyecto, vendiéndose finalmente el solar de la plaza de los Sitios. Tras la Guerra Civil, y con la plaza de las Catedrales como epicentro de la ciudad, y también del nuevo régimen, la corporación municipal decidió construir el nuevo ayuntamiento en la plaza del Pilar, justo enfrente edificio del Gobierno Civil y del lugar en el que debía acabar la prolongación del Paseo de la Independencia. El proyecto del nuevo ayuntamiento, fechado en 1941, fue firmado por Ricardo Magdalena, Mariano Nasarre y Alberto Acha. La primera piedra se puso en septiembre de 1961, y el edificio fue inaugurado el 6 de septiembre de 1965.