Canfranc ha marcado un nuevo hito al estrenar la nueva estación de ferrocarril que sustituye al edificio histórico construido en 1928. Una inauguración que da aliento a los habitantes de esta localidad del Valle del Aragón, y a todos los aragoneses que durante décadas han trabajado para lograr la reapertura del túnel internacional.


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Dentro de ese proceso que debe llevar a la reapertura del tráfico entre España y Francia, aún queda mucho camino por recorrer, como la urbanización de la gran explanada que alojaba la playa de vías, la restauración de instalaciones como el antiguo depósito de locomotoras, y por supuesto, la rehabilitación interior de la histórica estación. Sin embargo, la reconversión que le espera a Canfranc será un antes y un después en su historia: la histórica estación será un hotel de 5 estrellas para catapultar el turismo de la zona.

LA ESTACIÓN SERÁ UN HOTEL DE LUJO

La estación acogerá un hotel de lujo / HA

El antiguo edificio va a jugar un papel clave no solo en Canfranc, sino como motor turístico de todo el valle, ya que allí se inaugurará un hotel de lujo que dará vida a esta zona del Pirineo. De momento, el proyecto de rehabilitación llevado a cabo por la empresa zaragozana Ingennus, ha devuelto el esplendor a las zonas exteriores y al elegante vestíbulo del edificio (el vestíbulo, por cierto, acogerá la recepción y una cafetería que será de uso público).

Cuando abra sus puertas, el hotel albergará 104 habitaciones repartidas en dos plantas de unos 30 metros cuadrados cada una, y además, contará con servicios como piscina interior, gimnasio, espacios de restauración, zonas comunes con una zona de estar con chimenea o una biblioteca… El hotel también tiene el reto de ser un edificio sostenible, para lo que se están aplicando criterios de eficiencia energética para controlar la envolvente térmica y garantizar la hermeticidad del edificio.

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LA HISTORIA

Estación Internacional de Canfranc

Para construir la estación se tuvo que rellenar el terreno con tierra extraída del túnel internacional / HA

La estación Internacional de Canfranc tiene su origen en el deseo de España y Francia de abrir un paso transfronterizo por el Pirineo Central. Y el valle del Aragón fue el lugar elegido para perforar los Pirineos, y construir una estación imponente, compartida por ambos países con servicios como las aduanas, comisarías de policías y carabineros…

Realmente, el emplazamiento para levantar la estación era bastante complicado, ya que los Arañones era un valle muy encajonado. Para solventar ese desnivel, el valle se va rellenando desde 1915 con la tierra que van sacando de la excavación del túnel.

En total, además de desviar el curso del río Aragón, se rellenaron casi 200.000 m2 de superficie, equivalente a veinte campos de fútbol. Además, también se tuvieron proteger las laderas de las montañas circundantes con obras contra los aludes, y replantar cientos de miles de árboles para estabilizar el terreno y evitar las avalanchas de nieve.


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Las obras de construcción se iniciaron en 1922 siguiendo el proyecto del ingeniero Fernando Ramírez de Dampierre. Y el edifico fue inaugurado un 18 de julio de 1928, con la presencia del rey Alfonso XIII, y del presidente de la República francesa, Gaston Doumergue. La estación fue construida siguiendo los preceptos de de la arquitectura francesa decimonónica, y tiene planta alargada, con 241 metros y 75 puertas. En su diseño, destaca especialmente la cubierta de pizarra, su espectacular marquesina, y el grandioso vestíbulo de acceso.

Estación Internacional de Canfranc

El rey Alfonso XIII asistió junto al presidente francés a la inauguración de la estación / HA

Durante sus años de vida, esta estación vivió azorosos sucesos. En 1936, las tropas franquistas cortaron el túnel hasta 1940. En aquella época, con la II Mundial en pleno apogeo, y con  Francia ocupada por la Alemania de Hitler, la parte gala de la estación fue controlada por los nazis. En aquel momento, era habitual la presencia de las SS y de la Gestapo en Canfranc, una localidad que fue el lugar por el que miles de judíos atravesaron la frontera huyendo del Holocausto. Hasta 1944, por Canfranc también pasó el tráfico de wolframio hacia Alemania, y de oro requisado (en pago) hacia España.


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Tras el cierre del túnel a causa de la Guerra Civil y la II Guerra Mundial, el tráfico fue reanudado, hasta que el 27 de marzo de 1970 un tren descarriló en la vertiente francesa provocando el hundimiento del puente de L’Estanguet. Desde aquel momento, la vía internacional entró en punto muerto hasta la fecha. Y con la suspensión de las comunicaciones, también comenzó el deterioro progresivo de la histórica Estación Internacional de Canfranc.