El Museo Goya de Fundación Ibercaja acoge desde el viernes, 25 de febrero, y hasta el próximo 29 de mayo, la exposición ‘El Greco. Los pasos de un genio’, que aborda los hallazgos y aprendizajes que el pintor realizó durante su viaje entre Creta y Toledo y que dejó como legado, dando inicio a la llamada escuela española. Los comisarios de la muestra son la catedrática de Historia del Arte, Palma Martínez-Burgos, y el gestor cultural, Juan Antonio García de Castro, quien ha sido director del Museo del Greco en Toledo de 2013 a 2021.

El director de la Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo, reconoce que se ha estado preparando la muestra durante casi tres años, para reunir finalmente 42 obras, de las que 26 son óleos de Domenikos Teótokopoulus, el Greco, y 16 de otros grandes referentes de la escuela española, como Goya, Velázquez, Picasso, Murillo, Ribera y Sánchez Coello. Ha subrayado la importancia de acoger a uno de los «grandes maestros» del arte universal, para poder acercarse a su «genialidad», que comparte con quien da nombre al museo y que otorga a este espacio un «prestigio nacional e internacional». Ha destacado el libro-catálogo publicado con motivo de esta exposición, que además de documentar todas las obras de la muestra, contiene seis artículos de grandes expertos en el Greco.

LOS PASOS DEL GREGO

La comisaria y catedrática de Historia del Arte, Palma Martínez-Burgos, ha manifestado que el argumento de la exposición son los pasos del Greco, de ahí el título de la muestra, pero no narrados de forma biográfica, a través de su viaje por el Mediterráneo, desde Creta a Toledo, pasando por Venecia y Roma, que realizó para procurarse un futuro, «que no consiguió», sino ilustrando los «hallazgos» que descubrió en esa trayectoria, que aprende «para sí mismo», pero que también deja como legado. El fruto es una «obra magnífica», de la que la muestra ha seleccionado piezas ubicadas en España, en iglesias, capillas, conventos, fundaciones privadas o museos pequeños, menos conocidas, aunque pueden resultar familiares porque el Greco trabajó de forma «seriada».

La exposición ahonda en las técnicas, géneros, temas y relatos que plasmó el artista a través de sus pinturas, así como en las complejas circunstancias del momento histórico que presenció, con la Contrarreforma y el Manierismo como ejes centrales del mismo, ha añadido la comisaria. Por su parte, el también comisario de la muestra, Juan Antonio García de Castro, ha recordado que en 2014 se cumplirá el cuarto centenario de la muerte del Greco, que va a suponer la organización de numerosas actividades en todo el mundo. Ha añadido que con esta muestra Zaragoza se une al circuito internacional sobre el pintor.

Por otra parte, ha relatado que los contemporáneos del Greco, a finales del siglo XVI y principios del XVII, «alabaron la calidad y peculiaridad de su obra«, si bien durante el siglo XVIII casi no aparece en los tratados y es a partir de 1838, cuando el Museo del Louvre de París incluye ocho de sus obras en la zona de la galería española, «que causan impresión», cuando especialistas y artistas internacionales se interesan por él. Más adelante, en 1902, ha continuado, el Museo del Prado organiza una exposición monográfica, que supone el «arranque» de un «rosario» de muestras que llevan a «la revitalización y el redescubrimiento» del Greco.

RECORRIDO DE LA EXPOSICIÓN

La muestra se divide en cinco secciones. La primera, bajo el nombre ‘Un pintor a la maniera latina’, incide en el esfuerzo que el Greco realizó para abandonar su formación cretense y bizantina y aprender el uso de la escenografía, a través de la arquitectura y los paisajes, seña de identidad de su formación en la escuela veneciana, donde tuvo como modelos a Tiziano o Tintoretto, así como el uso de la luz, con sus característicos efectos crepusculares, «con paisajes de atardecer que presagian una tormenta», ha apuntado la comisaria. Esto se puede apreciar en piezas como ‘Expulsión de los mercaderes del templo’, la última que realizó de esta temática, mientras que los paisajes se contemplan en las obras de crucifixiones que recoge la muestra.

La segunda sección, ‘La santidad elocuente’, se centrada en el empleo del lenguaje gestual para trasmitir las emociones, especialmente a través de las manos, los ojos, el rostro o las lágrimas y que recogen a la perfección la demanda espiritual del momento, ha dicho Martínez-Burgos. Entre las obras más destacables de la muestra, se encuentran la ‘Aparición de la Virgen a San Lorenzo’, ‘Las lágrimas de San Pedro’ o ‘La Sagrada Familia con Santa Isabel y San Juanito’.

En la tercera sección ‘El poso de Bizancio’ se muestra como el Greco, tras haber aprendido el modo latino, vuelve a sus orígenes, con el recuerdo de los años que pasó en Grecia, que se traduce en aspectos como sus composiciones frontales y directas, sin ningún elemento que desvíe la atención sobre la mirada de los personajes y la fuerza del mensaje, como puede verse en ‘San Lucas’ o en ‘La Verónica’.

En la cuarta sección, titulada ‘Retratando el alma’. En este ámbito, se presenta una comparativa entre el ‘Retrato de Diego de Covarrubias y Leiva‘, pintado por Sánchez Coello, y la copia realizada por el Greco. El quinto espacio de la exposición, ‘El legado del Greco’, está dedicado a la impronta que el pintor creó y la influencia que tuvo sobre la escuela española y sus grandes referentes, como Goya, Velázquez, Picasso, Murillo o Ribera. La comisaria ha mencionado su pincelada suelta y la recuperación de determinados temas de la pintura, como las lágrimas de San Pedro.

En ella, los visitantes pueden observar 16 obras de estos artistas, como por ejemplo ‘El entierro del conde Orgaz’, según Picasso, el ‘Autorretrato’ de Goya, ‘Imposición de la casulla a San Ildefonso’, de Velázquez, o ‘San Pedro’, de Ribera.