Francisco de Goya vuelve una vez más a Zaragoza y lo hace con la exposición ‘Goya y la corte ilustrada‘, en la que se propone un acercamiento a la evolución de su arte y su figura durante sus años de trabajo para la corte y la aristocracia, enfrentada a otros artistas significativos de su tiempo.

Se trata de una exposición inédita en la que se presenta un conjunto excepcional de 84 obras de arte, 21 de ellas del artista de Fuendetodos, que proceden en su mayoría del Museo del Prado y que en algunos casos es la segunda vez en su historia que salen de la pinacoteca madrileña.

Cuadros como La gallina ciega o Carlos III, cazador, ambos recién restaurados y que es la segunda vez que salen del Museo del Prado, El pelele, Niños con perros de presa, Caza con reclamo, el cartón para tapiz El muchacho del pájaro o el Autorretrato fechado entre 1775 y 1780, son algunas de las piezas más destacadas del maestro aragonés colgadas en las paredes del CaixaForum de Zaragoza.


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«Su idea es preguntarse quienes somos. Unas veces muestra una crueldad inaudita y otras una ternura suprema. A Goya, la obsesión del artista le pasa con los seres humanos, algo que no pasa con Bayeu», ha explicado la comisaria de la exposición y jefa de Conservación del Área de Pintura del siglo XVIII y Goya del Museo del Prado, Manuela B. Mena.

Otro aspecto que ha permitido ahondar la preparación de esta exposición ha sido la localización de un nuevo retrato temprano de Martín Zapater realizado por mano de Goya, así como la identificación de una miniatura del comerciante zaragozano, obra de Francisca Isidra Meléndez, y también la adscripción a Agustín Esteve de una temprana copia de exquisita calidad del retrato perdido de Goya de Ramón Pignatelli.

La exposición, organizada por el Museo Nacional del Prado, la Fundación la Caixa y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, podrá verse en CaixaForum Zaragoza hasta el próximo 21 de enero de 2018 y posteriormente, entre febrero y mayo, estará en el museo bilbaíno.

Elisa Durán, directora general adjunta de la Fundación la Caixa, ha destacado que la temporada de exposiciones en este centro cultural arranca con «una de primer nivel» en la apuesta que hacen por realizar grandes retrospectivas y temáticas de periodos y escuelas.

Otro aspecto que se explora en esta parte de la vida de Goya es el análisis que se ha realizado en su preparación de la correspondencia que mantuvo Goya con el comerciante zaragozano Martín Zapater, su amigo de infancia y colegio en Zaragoza, así como otras personas de su entorno, mientras que ha lamentado que no se haya conservado ninguna de las que recibió el artista.

En este sentido, la muestra incide en que Goya, tras su llegada a la corte, permaneció ligado a Zaragoza hasta que inició su periodo final en Burdeos, «vinculado por la amistad y por la presencia de su familia».

Según la comisaria, en la confrontación de la exposición entre las obras de Goya y sus contemporáneos «se puede ver muy bien su impecable calidad técnica, la pincelada precisa, económica. En relación con los demás ninguno llega a su pincelada filosófica».

Al respecto del catálogo, la comisaria lo ha calificado como «no totalmente científico, pero tiene ideas nuevas», aunque algunos de los presentes en la presentación lo han valorado en conversación informal como «de gran valor y contribución» al estudio de la época y de Goya.