Diez siglos después de que naciera La Aljafería de la mano del rey musulmán Al-Muqtadir para convertirlo en el palacio de la Alegría, este edificio zaragozano sigue siendo una de las joyas de la arquitectura musulmana en el sur de Europa, junto a la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba.


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Pero junto a sus parte musulmana, este palacio, actual sede de las Cortes de Aragón, tiene notables espacios construidos por los sucesivos reyes aragoneses, destacando el palacio de los Reyes Católicos, o la impresionante Torre del Trovador.

La torre de carácter defensivo que domina el palacio, es una de las partes más antiguas de todo el palacio. Sus orígenes se remontan al periodo del gobernador de la taifa de Saraqusta, Muhammad Alanqar. En época islámica, esta torre tenía una función de vigía y ejercía como baluarte defensivo. La dinastía de los Banu Hud integró la torre en el complejo palaciego.

Ya en época cristiana, y con Zaragoza convertida en la nueva capital del Reino de Aragón tras su conquista por Alfonso I El Batallador, la torre del Trovador se une al palacio del rey Pedro IV el Ceremonioso, convirtiéndose en torre del homenaje. Como parte de la fortaleza cristiana, esta torre fue cárcel de la Inquisición, manteniendo el uso carcelario hasta el siglo XIX.

LA TORRE, ORIGEN DE LA ÓPERA DE VERDI

La Aljafería

La Torre del Trovador fue la fuente de inspiración para Verdi / TA

Al margen de la parte histórico-artística de esta construcción, la Torre del Trovador tiene una increíble historia que poca gente conoce: Verdi se inspiró en ella para escribir su célebre ópera: Il Trovatore. La torre recibe su nombre gracias a la leyenda de Manrique de Lara. Su prisión entre los muros de esta prisión inspiró al escritor Antonio Gutiérrez en el siglo XIX para poner en escena el drama romántico ‘El Trovador’.

Esta obra narra la historia del hijo perdido del Conde de Luna, el  trovador Manrique de Lara. Criado por una gitana, aunque por sus venas corría sangre de la nobleza zaragozana, Manrique de Lara se enamoró de Leonor Sesé de Urrea, dama de honor de la princesa de Aragón. Como era habitual en los dramas románticos, la cosa no podía ser tan fácil.

Para complicar la trama, la joven aragonesa estaba enamorada de Antonio Artal, hermano de Manrique de Lara (aunque evidentemente, nadie sabía que eran hermanos). Al final, Leonor elige a Manrique, y su rival, Antonio, enrabietó de celos e hizo que la joven fuera encerrada en un convento.

La Aljafería

Il Trovatore fue un gran éxito en todo el mundo / HA

El trovador pudo encontrar el paradero de la joven, la raptó, y escaparon juntos. Como no podía ser de otra manera, vivieron felices hasta que finalmente fueron localizados. Manrique fue encarcelado en la cárcel de la torre del Homenaje de La Aljafería, con un final de lo más trágico para todos los implicados.

Esta trama enredada y lacrimógena, muy del gusto de la sociedad del siglo XIX, sirvió de inspiración a uno de los grandes de la música: Giuseppe Verdi. Este compositor romántico, famoso por crear óperas como La Traviata, Rigoletto, o Aida, utilizó la historia para  el libreto de ‘Il Trovatore’, una ópera que escribió en 1853 y que está entre las más famosas del italiano.

La ópera tuvo tal éxito, que tras su estreno en el Teatro Apollo de Roma en 1853, fue representada 229 veces por todo el mundo en tan solo tres años en teatros como la Ópera de París, el Convent Garden de Londres, o en la Academia de Música de Nueva York.